Baumesiter explica que, como cualquier otro músculo, el auto-control también se puede practicar y mejorar con el tiempo. Todo depende de la dificultad de los ejercicios que nos propongamos y la cantidad de repeticiones. Podemos empezar con tareas pequeñas como por ejemplo abrir la puerta con la otra mano. Subiendo la dificultad podríamos retarnos a cambiar algún otro hábito molesto o importante. Por ejemplo, organizarnos mejor y comenzar el día en el trabajo con las tareas más difíciles (que siempre solemos aplazar).
Quizás con el comienzo de año nuevo, vale la pena atrevernos y cambiar alguno de nuestros hábitos, aunque fuera solo para divertirnos.