¿Borrar los recuerdos que no te gustan?

Hoy te llega mi artículo un poco más tarde, probablemente para tener la oportunidad de cambiar el tema que pensaba tratar.

Qué opinas de tus recuerdos, de todos ellos, ¿realmente eliminarías aquellos que te resultaron dolorosos?

Esta mañana escuché en la radio una noticia que me sorprendió y he podido encontrar aquí en la red un artículo referente a ello. Es un estudio que se ha hecho para borrar los recuerdos traumáticos. Se basa en la técnica de eliminar una proteína que se haya en la amígdala (parte del sistema nervioso que conduce las respuestas emocionales).

Me ha llamado la atención la acción sobre la amígdala. Esta parte del sistema nervioso es también la motivadora de la respuesta de lucha-huída que permitió nuestra supervivencia en en pasado, cuando esta dependía de la lucha diaria con las fieras y animales de un ser humano todavía poco desarrollado. Alterar a través de fármacos su respuesta, ¿qué consecuencias podría tener? Y si fuera a atropellarte un coche, ¿saltarías inmediatamente para evitarlo o no? Y si te has dado el susto después de cruzar por un sitio peligroso y borras el recuerdo del susto, ¿evitarías la próxima vez atravesar la calzada por el mismo lugar? Recuerda que aprendemos de nuestros errores y fallos, que cada paso que damos nos permite evaluar en función de éstos y decidir. ¿Qué sería de nuestra capacidad de decisión? ¿Seguiría siendo realmente nuestra?

Con el paso del tiempo, mi trabajo y mi propio desarrollo personal he reconocido lo importante que es aprender de aquello que nos sucede en la vida y que cada punto aparentemente solitario de nuestros sucesos cotidianos tiene un hilo conductor para traernos al día de hoy y convertirnos en la persona que somos. Incluídas aquellas circunstancias que nos gustaron menos, también ellas forman parte de esa historia, la nuestra.

Existen hechos francamentes impactantes en la vida de algunas personas, soy consciente de ello. Aunque he conocido muchas de ellas que han cambiado radicalmente su guión precisamente tras esos hechos. Personas que han encontrado su lugar, el sentido de la vida que decía Viktor Frankl, cuando se produjo un vuelco en su existencia. Me pregunto si esas personas querrán que les borren la razón y el sentido que encontraron.

Ni que decir tiene, que quizá el coaching (u otros procesos de autoconocimiento) no tuviese sentido, ¿para qué aprender de lo que te sucede?, ¿para qué tomar conciencia de tus tropiezos en el camino?, ¿para qué buscar salir de dónde estás? Una pastillita y ¡arreglado! Ya no existe el problema, el reto, el miedo.

Para mí, me resulta paradójico. Los retos, los impedimentos, las injusticias diría yo, han motivado al ser humano a superarse, combatir y avanzar. Sí es verdad, a veces, eligiendo el camino más violento, probablemente por no saber tomar otro. Ahora bien, ¿se trata de eliminar el hecho o aprender a gestionar mejor las emociones para aprender a actuar de otra forma? La Revolución Francesa y las Guerras Mundiales fueron hecho traumáticos, forman parte de nuestra historia. Podemos aprender de ello, sacar conclusiones e incluso determinar actuar de otra forma o podemos borrarlo y que vuelva a suceder.

Yo te he escrito en este momento con el conocimiento y las vivencias de todas mis caídas y crisis. Esa vida, la mía, me permite estar en el aquí y ahora, de otra forma ¿quién sería yo? ¿sería la misma persona? Y tú, ¿serías la misma persona? ¿querrías ser otra?

_____________________________________________________________________

Susana García Gutiérrez – Coach Profesional

1ª Coach de Familias Monoparentales

http://www.coachingatualcance.com/

Scroll al inicio