Conflictos entre padres: 3 claves para evitarlos

Cuando hablamos de familias monoparentales en las que existe relación entre los dos progenitores uno de los conflictos que me encuentro habitualmente es precisamente fomentar y mantener esa buena relación.

Un buen entendimiento entre los padres apoya y ayuda a los hijos a crecer, ya que ellos desean amar a ambos sin restricciones. De esta forma estás permitiendo crear su propio criterio a partir de las vivencias con ambos. Esto sucede en cualquier familia, convivan o no los padres. Si bien cuando viven separados existen otros conflictos añadidos que pueden empañar ese proceso de comunicación.

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Ya he contado alguna vez (recuerda mi propia experiencia) que puede lograrse la armonía y un mayor entendimiento entre ambos progenitores. Ahora bien, llevarlo a la práctica cada día requiere estar comprometido con ello. Necesitamos empatía, escucha activa, ver qué hay más allá de las palabras, encontrar puntos en común y más. Estas son habilidades que, como coach, practico. Aunque también se cómo se necesita la contención en muchos momentos.

Tampoco se trata de tener un cilicio y flagelarse continuamente. Soy consciente de lo agotadora que puede ser a veces esta tarea. Si ambos estáis en consonancia y ponéis la voluntad es más fácil. Si esta tarea de cambiar, creando una fluidez en la relación, es encarada de primeras por sólo uno de los padres resulta más largo y necesitarás buenas dosis de perseverancia. Eso si, puedo asegurarte que el resultado merece la pena.

Cuando utilizo la palabra contención quiero decir, enfocar la comunicación desde una actitud que permita expresarse de forma asertiva, reconociendo el valor aportado por cada uno de los interlocutores, entendiendo que el modo de entender la vida (sus mapas) son distintos. Es decir, tener en cuenta estas 3 actitudes y gestionarlas durante la conversación:

1. Exprésate sin juzgar a la otra persona.

Hace unos meses uno de mis maestros decía que el juicio es inevitable, estando la diferencia entre quienes se quedan con el juicio, actuando desde ahí y quiénes revisan, toman conciencia, cambiando su comunicación sin enjuiciar.

En una parte así lo veo también. Es decir, cuando estás viviendo tu día a día y tienes un conflicto con alguien es porque en algún momento apareció ese juicio. ¿Qué cambia entre unos y otros?, lo que haces a partir de detectarlo. Los propios patrones y visiones del mundo llevan, en ocasiones, al pensamiento: yo lo hago bien tú lo haces mal.

Hablar desde esa posición de juez es echar más leña al fuego. Cuanto más juzgada se siente una persona más argumentará en su defensa. Incluso, probablemente, a través de sus propios juicios. Difícil entenderse, ¿no crees?.

Por tanto, si sientes que el juicio aparece, siéntelo, se consciente de ello y cambia tu manera de mirar esa situación. Desde ahí si podrás mantener una comunicación más centrada en conectar y resolver.

2. Toma conciencia de cuáles son vuestros mapas del mundo.

Cada persona ve la vida de una manera. A veces, esa manera es realmente muy distinta, provocando desacuerdos y desencuentros de forma continua. Quizá la razón por la que ambos padres no convivís es precisamente descubrir esa diferencia de entender el mundo.

Parto del punto anterior y de la reflexión no hay una verdad absoluta, sino que depende de la visión de cada uno. Una forma de poder tomar conciencia de vuestras diferencias es conocerlas. Entiende dónde estás esas diferencias, busca qué necesidades se esconden detrás de su forma de hablar o actuar, entiende su árbol familiar (identidad, creencia, ancestros).

Es probable que pasaras por alto este tipo de diferencias cuando erais pareja o cuando tuvisteis vuestro hijo. Es el momento de ponerle conciencia. Si de verdad deseas una relación más saludable, entiende de dónde proceden sus ideas. Entender y tomar conciencia quiere decir, ponerte en su piel, practicar la empatía para saber que actúa desde esas vivencias suyas (tan distintas a las tuyas). Después, con ese conocimiento, podrás encarar la relación desde otra perspectiva.

3. Valora sus aportaciones.

Como dice la cita:

«Nunca se siente más seguro un niño que cuando sus padres se respetan.»

Jan Blaustone

Respeto y valoración acerca de las aportaciones que cada uno de los padres da a su hijo. Cuando antes hablaba del mapa (la forma de ver el mundo de cada persona) comentaba que viene dado por sus vivencias. Si hacemos porque estas vivencias sean mayores y con más puntos de vista ese mapa se hará más grande. Es decir, le darás a tus hijos una visión más amplia de la vida y las posibilidades diversas en ella.

Por tanto, si ambos padres aportan aquello que tienen, su propio saber, cuánto más enriquecido crecerá el hijo. Entonces, reconocer esa aportación al otro progenitor ayudará para que la relación sea más armoniosa y enfocada en la prioridad: los hijos.

Estas claves te ayudarán en esas ocasiones que estás pensando: hoy le tiraría por el balcón. Antes de hacerlo, recuerda que existen otros caminos. Y si aún necesitas ayuda, en el taller entiéndete descubrirás mucho más.

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Susana García Gutiérrez – Coach Profesional

1ª Coach de Familias Monoparentales

http://www.coachingatualcance.com/

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