Hace muchos años que conozco a una mujer, una madre coraje. Sin ayuda económica, mucho menos del estado, decidió que tenía un par de manos, por tanto trabajaría y haría lo necesario para mantener, educar y hacer felices a sus hijas. No ha parado hasta el día de hoy.
Cuando se separó sus hijas contaban 10 y 2 años de edad, estaba llena de deudas, no disponía de trabajo estable ni recibía pensión alguna. Aunque contaba con el apoyo de su familia, el día a día era solo suyo. Los horarios flexibles y la conciliación eran todavía un mito, las ayudas inexistentes, era un «búscate la vida» y así lo hizo. Esa era su realidad de entonces.
Cuando quieres que las cosas cambien, empieza por cambiar tú. Y esto ha estado haciendo desde aquellos días. Descubrió dos cosas importantes: cada uno de nosotros nos creamos la vida que queremos si tomamos la responsabilidad de nuestros actos pasados y presentes; por otro lado descubrió su talento natural, sus manos, enfocándose en una profesión que potenciara dicho talento, el masaje.
De todo esto hace 21 años, han sido años de perseverancia, trabajo, a veces desdichas y otras de disfrute. Compaginando trabajos mientras los clientes llegaban hasta conseguir ser reconocida como una gran profesional, porque así es. Incluso para tener su propio método de masaje, más allá de lo corporal. Su talento va más allá de unas manos hechas para el masaje, sus manos le permiten entender y escuchar al cuerpo según conectan con él. A veces, me parece mágico.
Ahora tiene construida la vida que desea: disfruta y tiene éxito en su profesión, una familia que la ama, unas hijas maravillosas y una pareja que la adora. ¿Se puede pedir algo más? Si, claro que si. Este año ha llegado un nuevo miembro a esa familia, su nieto. Y cuando echa la vista atrás sabe que cada paso ha merecido la pena.
Hoy quiero que este artículo sirva de homenaje a esta gran mujer, dar las gracias porque forma parte de mi vida y siempre ha sido ejemplo para mi en muchas cosas. Para mi es un privilegio porque esta mujer es mi hermana.
La vida siempre sigue, puedes dejar que te arrastre y controle o tomar tú las riendas. Es probable que sea un camino largo y sinuoso, aunque puedo asegurarte que merecerá la pena. Lo sé, porque igual que ella yo también lo he hecho. Y también otras personas, muchas madres y muchos padres coraje.
¡Adelante, tú puedes!
_____________________________________________________________________
Susana García Gutiérrez – Coach Profesional
1ª Coach de Familias Monoparentales
http://www.coachingatualcance.com/