Yo me he encontrado en infinidad de casos trabas para que algunas personas reconozcan precisamente ese potencial escondido. Quizá, pienso yo, porque han estado supeditados a seguir los patrones establecidos en vez de aprovechar sus capacidades innatas. Al menos, mi experiencia, así me lo dicta.
Por ejemplo, hace unos días emitieron un programa de televisión donde explicaban las necesidades de aprendizaje de personas con dixlesia. Unas necesidades más asociadas al cómo se realiza el acto educativo, el formato de estudio, que asociado al contenido en sí mismo. Así lo indicaban en el programa: «La dislexia no se cura. Como explican distintos especialistas en Palabras al viento, se corrige o se reconduce mediante otro sistema pedagógico que utilice los puntos fuertes del disléxico, trabajando con todos los sentidos, explicándole las cosas en lugar de hacérselas leer y enseñándole técnicas adecuadas a sus capacidades para afrontar el texto escrito.»
En el ámbito empresarial y de los emprendedores se viven también un tipo de circunstancia similar, la necesidad de recurrir a lo puntos fuertes y la creatividad para cumplir los tan ansiados sueños y obtener el éxito profesional y personal. Son muchos de ellos los que buscan el valor añadido, caminos alternativos y generan ideas disparatadas que se convierten en excelentes negocios. Estas son algunas de las razones por las que el coaching se propaga como la pólvora en estos entornos.
Mi propia experiencia como emprendedora y coach me ha permitido observar que muchas veces ese carácter de cuestionarse lo establecido nace más en la familia que en la escuela. Desde ahí lanzo estas preguntas:
– ¿El mismo sistema pedagógico sirve para todas las personas?
– ¿Dónde estudia un emprendedor?
– ¿El sistema educativo está preparado para apoyar el carácter emprendedor que demandan las empresas?
Estos interrogantes me nacen cuando leo una página web donde aparece un listado de personajes públicos, con una carrera profesional de reconocido éxito y que han hecho realidad el sueño de su vida. Precisamente personajes sin estudios universitarios o, incluso, dejaron sus estudios secundarios. Unos ejemplos: Louis Armstrong, Jane Austen, Winston Churchill, Paulo Coelho, Walt Disney o Einstein. Añado otros exponenciales de las empresas más sobresalientes en nuevas tecnologías: Larry Ellison (Oracle), Bill Gates (Microsoft), Sergey Brin (Google) y más.
Para mi, tras observar los resultados de estos años he aprendido que cuando una persona encuentra aquello que hace especialmente bien consigue elevar su auto-estima y mejorar su rendimiento. Esa es una de las puertas del éxito personal y profesional.
Por tanto, cuando pienso en mi hijo y otros niños, reflexiono sobre esto y mis conocimientos. Y se que los coaches podemos aportar ese valor añadido a la organización escolar. Partiendo del reconocimiento a su labor. De hecho tenemos muchos jóvenes muy preparados a nivel académico. Ahora incluyamos los valores, el sistema familiar, las emociones y en conglomerado de aptitudes y actitudes que una persona posee y puede aprender. ¡Qué bueno será cuando también estén mucho más preparados para la vida!
Ya lo escribía Goleman en su libro Inteligencia Emocional: «En el mejor de los casos, el Coeficiente Intelectual parece aportar tan sólo un 20% de los factores determinantes del éxito (lo cual supone que el 80% restante depende de otra clase de factores).»
Estas son algunas de las preguntas y reflexiones que yo he hecho sobre este tema con la idea de que tú generes tus propias preguntas y respuestas. Y, sobre todo, con el objetivo de abrir en ti la curiosidad a descubrir y potenciar tus habilidades internas y las de otros.
¿Sabes ya cuáles son las cualidades a potenciar de tus hijos o alumnos?
Susana García Gutiérrez – Coach Profesional
1ª Coach de Familias Monoparentales