Cuando tienes un desencuentro con tus hijos, con tu pareja, con el vecino o con tu jefe, ¿cómo te sientes?
El pasado martes hablaba en una de mis clases para padres de las emociones que nos embargan cuando nos encontrarnos precisamente en esa situación, en la de conflicto. Después les pedí que diesen un paso atrás en el tiempo. Es muy probable que estuviesen sumidos en un dialogo interno con algún asunto pendiente, algo molesto, incómodo. Incluso poco identificable, perteneciente a su más profundo inconsciente. Desde esa posición, sólo es necesario una pequeña mecha para encender la hoguera.
Las situaciones de conflicto nacen dentro de nosotros en muchas ocasiones, aunque sólo lo percibimos cuando éste se traslada fuera. Cuando aprendí esto fui capaz de entender aquella frase que decía mi madre cuando era pequeña: «no te hace daño quien quiere, sino quien puede». Es completamente cierto, cuando nos sentimos fuertes interiormente, cuando estamos seguros sobre cómo somos, qué hacemos, hacia dónde caminamos, con la convicción de seguir nuestra misión de vida, entonces no puede importunarnos un comentario negativo, una crítica incisiva. Eso no es nuestro y por tanto decidimos soltarlo.
Para empezar, por tanto, a resolver conflictos, es de suma importancia empezar por reconocer aquellos que están en nuestro interior, reconocer nuestra sombra.
«La figura de la sombra personifica todo lo que el sujeto no reconoce y lo que, sin embargo, una y otra vez le fuerza, directa o indirectamente, así por ejemplo, rasgos de carácter de valor inferior y demás tendencias irreconciliables».
C. G. Jung,
Este será uno de los temas que trataremos en el próximo módulo de Experto Coaching de Familia que empieza el próximo lunes 29 de octubre. Ya sabes que imparto junto a mis socias de AECOFAM esta formación dirigida tanto para coaches como para padres, madres, docentes, … En concreto yo impartiré parte de este módulo cuyo título es: Gestión de problemas y resolución de conflictos familiares.
Estos son los temas que abordaremos:
Conflictos con uno mismo. Conocerse a uno mismo. Distinción del yo verdadero de mis personajes. Integración de partes en conflicto con PNL: desbloqueo, observación, encuentro, integración.
Conflictos con la familia de origen. Relación con los conflictos actuales.
Desencuentros de pareja. Confirmación de una vida en común. Comunicación, interpretación y congruencia en la pareja. Construir una nueva relación.
Conflictos padres-hijos: Partamos de una buena base. Diferencia entre diálogo y discusión.
Conflictos entre padres que no conviven. Aceptación de la responsabilidad. Ventajas al generar el punto de encuentro.
Disfruta de la semana tanto con los encuentros como con los desencuentros, recuerda que el cambio empieza en ti.
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Susana García Gutiérrez – Coach Profesional
1ª Coach de Familias Monoparentales
http://www.coachingatualcance.com/