La Navidad es un período de re-nacimiento. La oportunidad de crear una nueva vida. Yo te deseo eso, una nueva vida. Diséñala a tu gusto, busca, toma o inventa si es necesario. Aporta tu granito de arena para conseguir esa montaña de amor y paz que deseas.
¿De verdad te gustaría hacer algo diferente esta Navidad? Entonces, ¡atrévete! Si te sientes encorsetado/a, las mismas costumbres, los mismos conflictos. Prueba a poner en práctica esa locura que se te cruzó por la cabeza: un viaje, una comida o cena diferente, un cambio de casa, una fiesta poco habitual. Busca en tí, tus sueños más profundos. Encuentra el sentido de esta Navidad para tí y crea la vida que deseas.
Aprovecho para compartir contigo este cuento y desearte Feliz Navidad
Cuento de Navidad
Un hombre recibió de parte de su hermano un automóvil como regalo de Navidad. Cuando salió de su oficina esa Nochebuena, vio que un niño desamparado estaba caminando alrededor del brillante auto nuevo y que lo contemplaba con admiración.
—¿Este es su auto, señor? —preguntó el niño.
El hombre afirmó con la cabeza.
—Mi hermano me lo dio como regalo de Navidad.
El niño se quedó asombrado.
—¿Quiere decir que su hermano se lo regaló y a usted no le costó nada? A mí sí que me gustaría… —titubeó el niño.
El hombre se imaginó lo que iba a decir el niño: que le gustaría tener un hermano así. Pero lo que el muchacho realmente dijo estremeció al hombre de pies a cabeza:
—Me gustaría poder ser un hermano así.
El hombre miró al muchacho con asombro, y se le ocurrió preguntarle:
—¿Te gustaría dar una vuelta en el auto?
—¡Claro que sí! ¡Me encantaría!
Después de un corto paseo, el niño se volvió y, con los ojos chispeantes, le dijo al hombre:
—Señor, ¿sería mucho pedirle que pasáramos frente a mi casa?
El hombre sonrió. Creía saber lo que el muchacho quería. Seguramente deseaba mostrarles a sus vecinos que podía llegar a su casa en un gran automóvil. Pero, de nuevo, el hombre estaba equivocado.
—¿Se puede detener donde están esos dos escalones?
El niño subió corriendo, y al rato el hombre oyó que regresaba, pero no tan rápido como había salido. Era que traía a su hermanito lisiado. Tan pronto como lo acomodó en el primer escalón, le señaló el automóvil.
—¿Lo ves? Allí está, tal como te lo dije, allí arriba. Su hermano se lo dio como regalo de Navidad, y a él no le costó ni un centavo. Algún día yo te voy a regalar uno igualito… Entonces podrás ver tú mismo todas las cosas bonitas que hay en los escaparates de Navidad, de las que he estado tratando de contarte.
El hombre se bajó del auto y subió al hermanito enfermo al asiento delantero. El hermano mayor, con los ojos radiantes, subió detrás de él, y los tres comenzaron a dar un paseo navideño inolvidable.
Esa Nochebuena, aquel hombre comprendió el verdadero significado de las palabras de Jesús: “Hay más dicha en dar que en recibir.”»
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Susana García Gutiérrez – Coach Profesional
1ª Coach de Familias Monoparentales