Encuentra el propósito de tu vida en un nanosegundo



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Imagen de Emergence Earth



Hace unos días, en una sesión de coaching con un nuevo cliente, este me expresaba su ansiedad por encontrar el propósito de su vida. Acto seguido comenzó a describirme todos los cursos, talleres e incluso terapias que había realizado con el fin de dotar a sus acciones y actividades de un significado y orientación específicos. Al fin y al cabo, uno de sus mejores amigos lo había logrado. Se había pasado la niñez jugando con una pasión desbordante al lego, y había encontrado el proposito de su vida: dedicarse al diseño de casas ecológicas.
Por contraste, mi cliente se había pasado su vida adulta explorando diferentes carreras, profesiones y ocupaciones – él lo llamó «dando palos de ciego»-, y por más que lo intentaba no daba con su ansiado propósito. A lo cual le pregunté si había disfrutado del proceso, obteniendo cómo respuesta «Inmensamente».
Mi siguiente pregunta fue: «En esta situación, ¿qué estás presuponiendo que te lleva a generar en ti esas sensaciones de estar incompleto en tu vida?» Después de un oportuno silencio comentó: «Acabo de darme cuenta. Estoy presuponiendo que hay un sólo camino en la vida, y una manera específica de hacer ese camino. Estoy presuponiendo que si descubro el propósito de mi vida se me desvelará un camino por el que transitar sin esfuerzo, y que ese es el orden por el que debe darse el proceso. Estoy presuponiendo que explorar, experimentar y andar por sendas diferentes es señal de falta de madurez e indecisión. Y estoy presuponiendo que la forma en la que se hacen generalmente las cosas en esta sociedad y en esta cultura es lo correcto para mí también.» Y así estuvo compartiendo sus presuposiciones y sentires durante casi veinte minutos.
Después de estas reflexiones pregunté: «¿Y ahora?» Mi cliente respiró profundamente, sonrió y respondió: «Me queda una vida por experimentar». Los dos reímos, aliviados.
Y me acordé de las abejas. Gracias a ellas y a sus procesos de polinización, seguimos disfrutando de suculentos tomates, zanahorias, fresas… Imagínate el mundo sin aceite, sin forraje para el ganado, sin las miles de especies de flores y plantas que crecen en nuestros entornos y más allá. Y me acordé también de las aves, y su papel en la dispersión de las semillas.
¿Acaso alguna de ellas es consciente de su propósito de mantener la vida en nuestro planeta? ¿Cambiaría algo si lo descubrieran? ¿Qué pasaría si el propósito de nuestras vidas fuera algo similar que va emergiendo y evolucionando discretamente con cada persona, en cada acto, con cada conversación? ¿Dónde está escrito que tenemos que atrapar ese escurridizo propósito y llevarlo estampado en la frente?
Librerías, bibliotecas e internet están repletos de los 5 pasos, 20 minutos y 6 claves para descubrir el propósito de tu vida. Pero no te afanes en buscar más allá. Te lo diré en un nanosegundo. El propósito de tu vida: ser tú.

Gracias por tu Compañía.

Y mucha Luz en tu Camino.

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