En la sociedad actual, tenemos un virus para el cual no hay vacuna con la que los médicos puedan curarnos. Esta enfermedad, lleva existiendo muchos siglos, desde que el hombre y la mujer, son hombre y mujer.
El primer síntoma de este virus, es la sensación de estar estancados. Esta sensación genera a su vez, otros efectos secundarios en quienes padecen esta infección. El estancamiento destruye la autoestima, sentencia a muerte la autoconfianza, paralizando cualquier impulso hacia el éxito o la satisfacción.
Nuestra raza viene luchando con este virus, con esta epidemia, desde mucho tiempo atrás. Algunas personas, no lo sufren en absoluto. Otras, en determinado momento de sus vidas, luego de que la infección estuviera a punto de dejarlos fuera de juego, han podido hacerse autoinmunes y superar los síntomas tan indeseables.
¿Pero cómo lo han hecho?
¿Existe ese antídoto?
¿Esta enfermedad es tan grave como para seguir leyendo?
Si, te aseguro que valdrá la pena el medio minuto que inviertas en continuar tu lectura. Gracias.
Los que consiguieron curarse y despedirse de este virus para siempre, fueron capaces de decirl quién manda, de neutralizar su poder, de recuperar el control.
Esta enfermedad, es la PROCRASTINACIÓN, y al igual que la fuerza de gravedad, es capaz de reducir y controlar los resultados que obtenemos en nuestra vida. Cuanto más dilatamos nuestra responsabilidad sobre eso que SABEMOS QUE TENEMOS QUE HACER, más probabilidades tenemos de pasarnos el resto de nuestra vida lamentándonos por lo que pudimos haber sido y no fuimos.
Si dejamos de echarle la culpa a las circunstancias y a las personas que nos rodean. Si asumimos nuestra verdadera responsabilidad sobre nuestro futuro, si somos capaces de enfrentar a nuestros propios miedos, habremos descubierto el antídoto para este virus letal.
En el colegio, bien podrían enseñarnos, con ejemplos, con biografías, con videos, con todo los medios a su alcance, que lo importante no es saber o tener, sino HACER. La acción de la disciplina, la acción persistente y consistente es la clave para erradicar el fracaso de nuestras vidas. Y para dejar de procrastinar, debemos recordarnos cada día, la cantidad de veces que sea necesario….
NADIE MAS QUE YO PUEDO VIVIR MI VIDA
NADIE MAS QUE YO PUEDO ALCANZAR MIS SUEÑOS
NADIE MAS QUE YO PUEDE ENTRAR EN ACCIÓN HACIA ELLOS.
NADIE MÁS QUE YO SUFRIRA POR NO HABERLO HECHO.
MÁS VALE UN ESFUERZO DIARIO CONTINUADO, QUE PASAR EL RESTO DE NUESTRA VIDA QUEJANDONOS Y COMPADECIENDONOS DE NOSOTROS MISMOS.
¿Cómo se cura la procrastinación? ¿Cuál es la vacuna?
Si, así de simple. Asume tu responsabiliad sobre tu futuro, asume que lo que vivas y disfrutes en el futuro, depende directamente de lo que hagas ahora, e incorpora a tu vida el hábito de la disciplina. Cada día, un paso más, cada día da lo mejor de tí, cada día vuelve una y otra vez a ponerte en marcha hacia tu meta.
Ya lo sabes…. No vengas dentro de 10 años a quejarte…. no pienso escucharte.. 🙂
Viki Morandeira
Tu Coach Personal
Fuente: COACHING PARA PROTAGONISTAS