Después de compartir muchas reuniones y charlas con diferentes grupos de padres y madres, he pensado en trasladar al blog algunas de las ideas que han ido saliendo.
Una de las palabras más nombradas, y no sólo en estas fechas post-Navidad, ha sido SOBREPROTECCIÓN.
¿Qué significa sobreproteger a un niño?
La propia palabra nos lo dice: dar más protección de la necesaria.
Si preguntamos a las diferentes familias en qué piensan cuando hablamos de
niños sobreprotegidos, nos encontramos con respuestas de este tipo: inseguridad, madres paranoicas, timidez, niños enmadrados, pocos amigos, soledad, etc.
Cómo profesionales, a menudo identificamos a los niños sobreprotegidos porque son aquellos a quienes sus padres se lo siguen haciendo todo: vestirle, llevarle al baño, darle de comer… Y, en ocasiones, observamos ciertas contradicciones tales cómo permitirle un montón de disparates en casa, pero no dejarle salir a la calle porque hace frío o no dejarle jugar, porque se puede hacer daño
La sobreprotección puede ser debida a problemas graves de salud de padres o hijos, a un exceso de amor que ata, a problemas de pareja… a la larga, se está favoreciendo la dependencia y no se le hace ningún favor al niño, que tendrá dificultades en relacionarse con sus iguales.
Los niños deben sentirse queridos, especiales, seguros… y es bueno que exista un equilibrio entre libertad y disciplina.
Fuente: Centro de Terapia Cognitiva