Si algo provoca el coaching sobre quienes lo practicamos es la reflexión sobre asuntos cotidianos que, de otro modo, pasaríamos por alto a pesar de su importancia.
Una de las cosas aparentemente más fáciles es disculparse. Sin embargo, el contradictorio ser humano se obstina en hacer de ello una actividad enrevesada y poco habitual, quizás porque la confunde con pedir perdón.
En puridad, dis-culpar-se