1. Goal (meta): Definir y concretar el objetivo o meta a alcanzar.
2. Reality (Realidad): Revisar la situación actual del cliente para determinar cuál es el camino necesario para alcanzar la meta definida.
3. Options (Opciones): Revisar las opciones que existen para alcanzar el objetivo y las opciones para atravesar las limitaciones que se puede encontrar el cliente en el camino.
4. Will (Toma de acción: Qué, Cómo, Cuándo): Se diseña un plan de acción llevando al cliente a que se comprometa con su proceso. Es el momento de «ajustar tiempos» y decidir qué se va a hacer, cómo se va a hacer y cuándo se va a hacer.
Estas fases marcan el trabajo diario de un coach. Ahora bien, esto es un guión. Cada fase estará repleta de preguntas para provocar la reflexión y la búsqueda en el cliente. El orden de las mismas es muy significativo. Están organizadas para mejorar la eficacia y fomentar el avance.
En concreto, hace unos días, alguien me preguntaba cuál era la razón de definir el objetivo antes que la realidad. Y la respuesta es que un propósito definido desde la realidad limitada es un engaño pues deja de responder a los verdaderos deseos de la persona. Ya habrá la oportunidad de revisarlo y buscar esas limitaciones cuando se revise el contexto personal.
Se trata de tener un reto. Primero ponte buenos retos, después ya buscarás el camino para conseguirlos porque los retos cuando se logran son la base de la autoestima.
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Susana García Gutiérrez – Coach Profesional
1ª Coach de Familias Monoparentales