Los mensajes de la angustia

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Dentro del proceso terapéutico, tarde o temprano, el estado de angustia se presenta en las personas que acuden a la misma. Hay personas que acuden a terapia experimentando una fuerte angustia y hay otras que la atraviesan dentro del proceso de darse cuenta de cómo actúan consigo mismos y con los demás, al comenzar a poner luz sobre su propio actuar inconsciente.
La actitud automática con la que se suele enfrentar a la angustia es la de pedir recetas para eliminarla. La pregunta habitual es: «¿Cómo puedo hacer para no sentir ésto que estoy sintiendo? ¿Cómo puedo quitarme de encima esta angustia?». Lo que no sabe la persona que pide semejante receta es que la clave de su salud y su bienestar está justamente en saber qué está obstaculizando dicha angustia.
El origen de la angustia se encuentra en la energía que no pudo seguir su camino de expresión para la satisfacción de una necesidad. Estas necesidades insatisfechas , sean al nivel que sean, pulsan hacia su satisfacción porque esta es su naturaleza. Al mismo tiempo los mecanismos de defensa actúan para que no se produzca esta expresión, porque en algún momento de la historia de la persona esta expresión fue experimentada como riesgosa. Por ejemplo, si una persona siempre fue «niño bueno», y durante su vida se ha «portada bien» y ha dicho sí a todo y sólo así ha sentido aceptación de su entorno, sentirá angustia ante situaciones en las que tenga que decir no; sentirá angustia ante su necesidad de manifestar rabia o enfado, porque es en ese momento en el cual se activarán los mecanismos de defensa y le dirán: «no, no puedes hacer eso, sino no serás querido y aceptado». Es por ello que la única forma de transformar la angustia en salud no se encuentra en dar recetas para evitar la angustia, sino comenzar a explorar qué nos quiere decir ese estado, qué necesidad oculta y así darle sanamente una salida.
Una clave está en vivir el presente, el aquí y ahora, porque como indicó Fritz Perls la angustia es la brecha entre el ahora y el después. Volviendo al ejemplo de la persona que siente angustia al expresar su enfado por miedo a no ser aceptado, si se encuentra en su Aquí y Ahora, siendo honesto con lo que siente, expresando lo que le pasa, sin estar en el «después no me aceptarán», la angustia desaparece.
A continuación transcribo un texto escrito por Pedro de Casso, profesor y maestro en mi formación como terapeuta, que describe con claridad la relación del aquí y ahora con la angustia.

«La maduración es el pasaje del apoyo ambiental a la autonomía . El bebé depende por entero del apoyo ambiental. A medida que crece, aprende a apoyarse sobre sus propios pies, a crear su propio mundo, a ganarse la vida, a adquirir independencia emocional. Pero en el sujeto neurótico este proceso no sigue su curso normal. El niño- o neurótico infantil- no utilizará su potencial a favor de su autonomía , sino para representar roles espurios, cuyo objetivo es movilizar al ambiente para conseguir apoyo en lugar de movilizar el potencial propio. Manipulamos el ambiente mostrándonos desvalidos, haciendo el papel de tontos, formulando preguntas, halagando y adulando a los demás. El resultado de ello es que llegamos en la vida- y especialmente en la terapia- al «punto enfermo» (como lo llaman los psiquiatras rusos), al punto que quedamos varados, al impasse. El impasse se produce cuando no podemos apelar a nuestros recursos y no obtenemos apoyo ambiental. En terapia gestáltica nos encontramos con que esto ocurre una vez, y otra, y otra.
Preferimos mantener el estatu quo: mejor quedarse en un matrimonio mediocre, mentalidad mediocre, que atravesar el impasse. Muy pocas personas entran en terapia para ser curadas; lo hacen más bien para cultivar su neurosis. Preferimos manipular a los otros para conseguir su apoyo, que aprender a apoyarnos en nuestros propios pies y limpiarnos el propio culo. Para manejar a otros nos hacemos fanáticos del control, del poder, usando todo tipo de trucos…Lo mismo se puede aplicar a los conflictos internos y a la relación entre terapeuta y paciente: podrán cambiar parejas, podrán cambiar terapeutas, podrán cambiar el contenido de sus conflictos internos, pero por lo general mantienen el statu quo.
Anticipamos el futuro porque no queremos tener futuro…tenemos miedo al futuro.Llenamos la brecha, donde debiera haber un futuro, con pólizas de seguro, statu quo, igualdad, cualquier cosa antes que vivenciar la posibilidad de estar abiertos al futuro…Tenemos que asegurarnos de que no tengamos futuro, que el statu quo permanezca igual, incluso ser un poquito mejores. Pero no debemos arriesgarnos, no debemos estar abiertos al futuro. Algo nuevo y excitante podría ocurrir que contribuyera a nuestro crecimiento. Es demasiado peligroso correr el riesgo de crecer. Preferimos deambular por este mundo como cadáveres a medias antes de vivir peligrosamente.
Ahora bien, mi primera tesis es: la angustia es la tensión entre el ahora y el después. La brecha entre el ahora y el después es un vacío que se llena con planes, predicciones, expectativas razonables y pólizas de seguro. Se llena de repeticiones habituales.
Cada vez que dejamos la sólida base del ahora y nos preocupamos del después, del futuro experimentamos angustia…Nos llenamos de expectativas «catastróficas» por las cosas terribles que van a ocurrir, o nos llenamos de expectativas «anastróficas» por las cosas estupendas que van a ocurrir. En una palabra, no estamos dispuestos a ver este vacío fértil, la posibilidad del futuro. Si llenamos este vacío, no hay futuro,; lo único que tenemos entonces es repetición, similitud.
En terapia gestáltica…el objetivo es madurar, crecer…la palabra «neurosis» es mala, aunque yo también la uso; debería más bien llamarse trastorno de crecimiento.
Nos preguntamos ¿cómo nos imposibilitamos el crecer?...Para mí, el madurar es el paso del soporte ambiental al autosoporte…El primer síntoma, el Impasse, es el punto crucial de la terapia, el punto crucial del crecimiento. El impasse es la situación en que el apoyo ambiental ya no llega más y el autosoporte auténtico no se ha logrado aún.
Lo que perseguimos es la maduración de la persona; el quitar los bloqueos que impiden que una persona se apoye en sus propios pies. Tratamos de ayudarle a hacer la transición desde el apoyo ambiental al autoapoyo. Básicamente hacemos esto buscando el impasse.»


Pedro de Casso García, «Gestalt Terapia de autenticidad: vida y obra de Fritz Perls». Ed. Kairos.
Juan José Albert Gutiérrez, «Ternura y Agresividad». Mandala Ediciones.

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