Siento la vida como un cambio constante, los acontecimientos de mi vida cambian y yo cambio con ellos. Y en ese cambio puedo estar en la alegría, vivir en la alegría… y dejarla pasar. Convertirme en tristeza y dejarla ir. Puedo estar en la ira y por igual, reconocerme en ella y soltarla. Sentir el miedo, reconocerme en el miedo y separarme de él, mirarlo desde otro lugar… Donde el miedo ya no soy yo.
Observarlo todo desde otro lugar.
Darme cuenta de ello, ser consiente de la emoción que vivo, de mi cuerpo y de mis pensamientos, reconocerme y luego, dejarlo todo a un lado, dejarlo ir, me permite quedarme en el vacío. Es un vacío fértil donde no abrazo nada, nada más que a mí misma.
Esto es para mi el equilibrio: reconocerme y aceptarme, respetarme en cada momento, vivir en el cambio, en este flujo. Porque nada es permanente, porque la vida es cambio constante.
Isabel Mª Chueco Ruiz
Fuente: Gestalt-Be