Esta mañana leía:
«Si ya sabes lo que tienes que hacer y no lo haces, entonces estás peor que antes» Confucio vía @martinbravo_a
Entender el para qué de las cosas no es tarea fácil y cambiar el registro de lo que hacemos porque siempre se ha hecho así es mucho más difícil que entender.
Hace poco descubrí a Lou Marinoff y sigo desde hace bastante tiempo a Javier Fernández Aguado en su Bitácora para Nicómacosy ambos tienen algo en común aunque sean muy distintos, su pasión y estudio por los filósofos que mejor comprendieron la condición humana, Aristóteles, Platón, Confucio…
Ambos, junto a otras influencias como Prem Rawatme aportan un enfoque que alinea el sentido de la pasión y el para qué de mi trabajo.
Vivir es sencillamente elegir constantemente, y en política se convierte en una obligación. Cada decisión que uno toma conlleva una consecuencia encadenada que repercute en la sociedad que un político lidera, independientemente del tamaño geográfico donde aplique su poder.
Si uno tiene claro lo que tiene que hacer, si define de antemano que camino seguir, cuando lo sigue, cuando ejecuta aquello en lo que cree, el poder que tiene es superior al otorgado por la confianza de los ciudadanos que un día le dieron el voto. Y es entonces cuando las cosas suceden.
No conozco político que en la intimidad de una sesión de Coaching no haya confesado su miedo al fracaso (siendo su fin la mejora de la sociedad donde ejerce su poder) y tampoco que no se vea afectado por la crisis. (Es bueno resaltar que no todos se sirven y arropan de un Coach, y quienes lo hacen, parten de una base personal muy distinta a la que la sociedad actual tiene como concepto de un político).
Así mismo también la sociedad vive esta circunstancia, donde todo lo que ve y lo que vive, lo hace de una forma sombría y en un círculo vicioso de negatividad, siendo precisamente ahí dónde se esconde la oportunidad de superarse.
El ir con los ojos tapados nos ha llevado a no saber identificar, ni ver, qué es importante en la vida. Cuando la adversidad se mantiene en el tiempo de una forma constante surge una capacidad inusual que todos tenemos escondida y pasamos de no saber que hacer a encontrar nuevas alternativas.
Es evidente que no tenemos tiempo para seguir ciegos, y que es necesario también que la sociedad sea consciente que la respuesta no puede venir solo de arriba, de nuestros gobernantes.
Si esperamos a que hagan lo que tienen que hacer, aunque quieran y puedan hacerlo, estaremos peor que antes, pues es solo una cuestión de tiempo, y eso precisamente es lo que cada familia, cada parado, cada empresario no tiene, tiempo.
Ahora es el tiempo de las personas y asumir nuestras responsabilidades por lo que hemos hecho en el pasado, encontrando nuevas vías. Entiendo que las fuerzas flaquean, que los recursos en muchos casos son inexistentes, yo también lo vivo, sin embargo el mundo ha cambiado, y ahora tenemos que cambiar nosotros.
Yo cambié mi forma de mirar la vida, cambié la cantidad por la calidad y pasado el tiempo y la experiencia vivida, me quedo con lo que da sentido a mi vida y busco nuevas vías para seguir haciendo lo que me apasiona, haciendo crecer a las personas que viven haciendo política, que no de ella.
Sigo reinventándome, no puedo quedarme quieta. Veo, observo lo que hacen los demás, aquellos que tienen más éxito que yo: analizo sus pasos, estudio sus métodos y descubro nuevos recursos propios para seguir avanzando sin esperar que los de arriba me den las soluciones.
Y tu? Estás dispuest@?
Fuente: Coaching Politico