Numerosas parejas acuden a consultan haciendo referencia a no poder vivir ni juntos ni separados. Una fuerza mayor les liga y no les deja separarse porque vuelve a buscarse y encontrarse como dos poderosos imanes. Son las típicas parejas que se pelean, sufren se separan, se vuelven a juntar y en ese ir y venir pasan el tiempo de su vida. Incluso parejas donde ella le denuncia a él por maltrato, acaba siendo ella la que vuelve con él. Dice así: » a pesar de que me maltrata, le amo. No puedo vivir sin él.» Este tipo de parejas no toleran curarse y de hecho, cuando van a terapia y comienzan a mejorar, abandonan sin dar ningún tipo de explicación el tratamiento, porque el tratamiento, les estaba curando de su dolor: nos estamos refiriendo a las parejas masoquistas. El masoquismo es una cualidad psíquica atribuible a todo ser humano. La tendencia a la búsqueda del sufrimiento es una variable de la psiquis que debe tenerse siempre en cuenta a la hora de llevar a cabo una terapia e incluso una resolución judicial, porque yo he visto la cara de ciertos jueces y juezas de dictaminar una separación por maltratos, poner medidas preventivas y ser la propia mujer, la denunciante, la que vuelve con el hombre maltratador. El masoquismo tiene su base sobre el llamado complejo de culpabilidad. Dicho complejo no deja de ser mas que un conflicto de naturaleza moral donde la persona, ya sea hombre o mujer, experimenta desde épocas tempranas de su vida un sentimiento de culpabilidad que le lleva a la búsqueda inconsciente de un castigo para aliviar dicho sentimiento de culpabilidad. De hecho no hay mas que ver a personas que sienten culpa y cuando les ocurre una desgracia o una calamidad en su vida, lejos de sentirse mal, hallan un enorme alivio en el sufrimiento y en la resignación. Las parejas masoquistas, cada uno sabe de la culpa del otro y por eso se maltratan. Son la pareja perfecta pues cada uno ha encontrado en el otro la horma de su propio zapato. Tal es así que el maltrato se corresponde más con una penitencia que se hace cumplir si o si que con inflingir daño al otro. El masoquista, sea hombre o mujer, encuentra una paz en el dolor, en el sentido de que se calma su complejo de culpabilidad. De hecho, en este tipo de parejas, el máximo dolor que uno puede inflingir al otro es el abandono, por eso cuando uno pronuncia la frase de irse o abandonar la relación, el dolor que experimenta la parte contraria puede llegar a ser desgarrador. Y separarse no tiene sentido para este tipo de parejas porque la culpa, si no se psicoanaliza, siempre necesita ser calmada y para calmarla tiene que haber alguien dispuesto a juzgar y a ejecutar el castigo, la sentencia o la pena capital.
Fuente: TERAPIA DE PAREJA