El Gran Maestro convocó a todos los discípulos para determinar quien sería el nuevo maestro que ayudara a ver la luz al resto.
El Maestro, con mucha tranquilidad y calma, díjo cuando estuvieron convocados todos en la gran sala de meditación:
– Asumira el puesto el primer monje que resuelva el problema que voy a presentar.
Entonces, colocó en el centro de la enorme sala en que estaban reunidos, un jarrón de porcelana con un diseño de exquisito gusto, en tonos azulados y blanco, cuyo refinamiento le hacían parecer de gran valor, en principio a simple vista de la dinastía Ming, tenía varias rosas amarillas de extraordinaria belleza en él. Y dijo así:
– ¡Aquí está el problema! – señalando directamente al precioso jarrón.
Todos quedaron atónitos mirando aquella escena, un jarrón de extremo valor y belleza, con maravillosas flores en su interior, ¿Cuál podría ser el problema?
Y justo en ese preciso instante en el que todos los monjes estaban preguntándose estas cuestiones, uno de los más jóvenes discípulos saco una espada, miro al Gran Maestro y a todos sus compañeros, se dirigió al centro de la sala y… ¡zas! Blandiendo la espada, destruyó todo de un solo golpe. La escena fue impresionante.
Tan pronto el discípulo retorno a su lugar, el Gran Maestro dijo con voz contundente:
– Usted sera el nuevo Gran Maestro del Monasterio.
A veces dámos demasiada importancia a lo superficial y que nuestra pareja séa atractiva, tenga posición y dinero o suficiente nivel cultural, cuando en realidad ese es el problema, y por más interesante que parezca nuestra vida quizá en determinado momento ya no aporte más que una insulsa belleza, y séa momento de sacar la espada y dejar nuestro camino libre de flores artificiosas para así poder disfrutar de las flores silvestres que vamos encontrando en el caminar de la vida.
Para dejar paso a actividades, experiencias y personas más enriquecedoras se ha de pasar página al pasado y permitir que todo aquello que fue importante ocupe un lugar privilegiado en el recuerdo, no así en el presente ya que habrá que dejar hueco en el corazón y la mente para nuevas experiencias vitales. El espacio es indispensable para disfrutar de la vida.
Para despejar el camino y aclarar tus sentimientos, se ha de comenzar de modo práctico con tus armarios, cajones, bolso, estanterías … hasta poder llegar a las personas. Permitiendo que quéden aquellas que son imprescindibles para tu caminar, dejando en el camino aquellas que ocupan un espacio necesario en tu corazón para otras que acabarás encontrando.
«No se puede llenar una taza
“Para poder beber vino en una copa
Desaprender lo aprendido
es mucho más duro,
que aprender nuevos recursos,
que nos potencian.
Fuente: Cruz Coaching