Ingresar en el consultorio de medicina neurolingüística del Hospital Presidente Perón, en Avellaneda, puede convertirse en una experiencia singular.
Allí, donde habitualmente funciona el Servicio de Reumatología, todos los viernes se atiende a pacientes con distintos problemas de salud, muchos de ellos causantes de dolores insoportables, que logran curarse o aliviar los síntomas con sólo conversar durante unos 40 minutos con alguno de los cuatro médicos que atienden ese consultorio único en el país.
El secreto, confiesan ellos, no es otro que lograr que el paciente se comprometa más con el tratamiento de su enfermedad y deje de lado todo aquello que le impide reponerse físicamente o cumplir con las indicaciones del médico de cabecera. Eso se debe, muchas más veces que lo que se podría pensar, según relatan los especialistas, a situaciones familiares o laborales cotidianas que de algún modo contrarrestan el proceso de curación o poder mejorar la calidad de vida.
Para lograrlo, los médicos -dos reumatólogos, un neurocirujano y un urólogo del hospital Perón- utilizan recursos que aporta la programación neurolingüística o PNL. Esta disciplina, según explican, les permite conocer cómo un paciente «procesa» sus pensamientos y emociones sobre lo que le está pasando y, mediante una charla informal, lo ayudan a que se dé cuenta de aquello que tiene que eliminar o reforzar para sentirse mejor. Claro que no siempre es tan fácil como parece.
Cada paciente que cruza la entrada al consultorio llega con una carga emocional quizá más pesada que su enfermedad. En el consultorio, aguarda el médico como en cualquier consultorio hospitalario. Saluda, da la bienvenida y se concentra en cada palabra que dirán los pacientes.
«Señora, ¿qué le pasa?», le preguntó hace unos meses uno de los especialistas a una mujer joven con fibromialgia, un síndrome que causa dolor prolongado e insoportable en el cuerpo.
«¡¿Sabe lo que me pasa?! Tengo un padre inválido, ciego y ahora le amputaron una pierna.»
-Bien. Me contó lo que le pasa a su papá, pero ¿qué le pasa a usted?
-¡Doctor! Le amputaron la pierna a mi papá. ¿Le parece poco?
-No. Pero, por suerte, usted tiene las dos…
-Sí, sí… A mí no me pasa nada de eso, pero con ese punto de vista…
-Es el suyo. Usted lo mencionó. Yo nunca dije que no le pasara nada a usted porque si no no estaría acá.
Entonces, ambos empezaron a hablar sobre cómo establecer barreras para no confundir entre qué le sucedía al padre y su enfermedad.
«La fibromialgia es una enfermedad en la que, según vemos en la mayoría de las consultas que tenemos, tienen mucho que ver la angustia, la ansiedad, generalmente por una carga que el paciente no quiere llevar. Eso hace que la persona no duerma lo suficiente y lo haga con tensión en la mandíbula y muscular. Con el tiempo, los tejidos se lesionan. ¿Qué hacemos entonces cuando estos pacientes no mejoran con los analgésicos y los antiinflamatorios? Lo mejor es ayudarlos a eliminar esa carga», explicó a LA NACION el profesor doctor Julio Gloazzo, reumatólogo, máster en PNL y miembro de la Sociedad Argentina y Latinoamericana de Medicina Neurolingüística, que funciona en el Colegio de Médicos de la Provincia de Buenos Aires.
Pero allí también concurren personas con trastornos de la alimentación, enfermedades reumatológicas (como la artritis reumática), disfunciones sexuales, diabetes e hipertensión, entre muchas otras enfermedades, generalmente derivados o por consulta espontánea.
«Son pacientes que vienen de distintos servicios. Desafortunadamente, por ahora, los médicos no interpretan correctamente de qué se trata la medicina neurolingüística y nos envían pacientes con dislexia, autismo, trastornos neurológicos o Parkinson -agregó Gloazzo-. Queremos que sea incorporada por los médicos como una destreza como lo es interpretar los resultados de análisis de laboratorio.»
También integran el equipo médico los doctores Jorge Fermín, reumatólogo y especialista en clínica médica; Juan Pablo Aguirre, urólogo, y William Estrada, neurocirujano y reumatólogo. Los resultados obtenidos hasta ahora en una o dos consultas incluyen la buena adherencia al tratamiento, la reducción del uso de fármacos y, en los pacientes con dolor, la disminución de hasta un 50% del uso de analgésicos.
«Con los medicamentos, los médicos tratamos de hacer más eficiente la respuesta del organismo contra la enfermedad, pero es necesario que el paciente estimule naturalmente sus defensas para fabricar esa respuesta -agregó-. Acá no interpretamos lo que dicen los pacientes, ni preguntamos por qué. De psicología no sabemos nada.»
Dado que el consultorio funciona en un hospital público, la atención es gratuita. Los turnos se pueden solicitar por teléfono al (011) 4204-1021 al 1029, donde hay que pedir por el Servicio de Reumatología; por correo electrónico a centromnl@yahoo.com, o al (011) 154564-9544
Fuente: lanacion.com.ar
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Fuente: CURSO PNL