Si leiste el artículo de la pasada semana verás que hacía referencia a algo que escribí sobre este tema el pasado año en la Carta a los Reyes y sigue siendo a día de hoy un tema vigente. Pedir es un arte también. Muchos piden y piden, sin tener una conciencia exacta sobre qué están pidiendo y más aún, sobre las consecuencias de aquello que se pide.
Te animo hoy a tomarte un espacio para tu propia carta. De verdad, yo hice este ejercicio hace un par de años y desde entonces me lo planteo cada vez. Toma un papel en blanco y escribe a los reyes, a la vida, al universo o a esa figura o simbología con la que te sientas más en consonancia. Y recuerda esa sensación de cuando eras niño/a, deja que salga su esencia y escribe, pide y pide, hasta que sientas que has incluido todos tus deseos.
Es un bonito ejercicio. Yo todavía estoy recogiendo este año algunas de las cosas que pedí hace unos cuantos años.
Y poco a poco, muchos de ellos se van cumpliendo. Eso sí, procuro distinguir sueños y deseos de las cosas ilusorias como detallo en el artículo sobre Conseguidores de Sueños.
Algo importante, a veces una petición, además de detalle necesita tiempo. ¿Cuántas veces les has dicho a tus hijos esto quizá no puedan traerlo los reyes este año? Y después te propusiste dejárselo para el siguiente por diversas razones. Deja que se asienten, como un buen guiso o un dulce, el tiempo de cocción varía el resultado.
Voy a escribir mi carta, ¿y tú?
_____________________________________________________________________
Susana García Gutiérrez – Coach Profesional
1ª Coach de Familias Monoparentales