Un hombre viaja en el metro. Ocupa su mente en el trabajo que le espera en la oficina. De repente alza la vista y le parece que otro hombre en el asiento de enfrente lo mira fijamente. En su abstracción ni siquiera nota que lo que ve es sólamente su imagen reflejada en un espejo.
¿De dónde conozco a este tipo? -se pregunta al notar que su rostro le es familiar.
Vuelve a mirar y la imagen, como es obvio, le devuelve la sonrisa. Y él también me conoce -se dice en silencio.
Por más que intenta dejar de pensar en esa imagen de la cara familiar, no consigue alejarla de su pensamiento. El hombre llega a su destino y antes de ponerse de pie para bajar del tren, saluda a su supuesto compañero de viaje con un gesto que, como no podía ser de otramanera, el otro devuelve inmediatamente.
En su trabajo, no puede dejar de preguntarse: ¿De dónde conozco yo a ese tipo?
Cómo le gustaría tener una fotografía de ese hombre para poder mostrársela a sus compañeros. Quizás alguno de ellos podría ayudar a identificarlo. Al finalizar su jornada decide caminar hasta su casa para darse el tiempo de buscar en su memoria. Una hora más tarde entra en su departamento, todavía sin respuesta. Se ducha, cena, mira la televisión, pero no puede prestar atención.
¿Dónde he visto a ese hombre? -se pregunta todavía al acostarse.
A la mañana siguiente se despierta con una sonrisa. ¡Ya sé!, dice en voz alta, sentándose de golpe en la cama y golpeándose la frente con la palma de su mano. ¿Cómo no me di cuenta antes? Ha resuelto el problema que lo tenía interrumpido. ¡Lo conozco de la peluquería!
Jorge Bucay
El camino a la autorrealización comienza con el conocimiento de sí. Un conocimiento que no es estático y acabado nunca. Ayer y hoy son diferentes días y yo soy diferente, afortunadamente.
El inicio equivocado de una vida más plena es trabajar con asuntos externos a uno mismo. Normalmente llamado «tener». Los existencialistas nombran a este proceso «alienación».
Fuente: Gestalt Terapia