EL LIDERAZGO DEL MEXICANO.
En la actualidad el LIDERAZGO del mexicano que se ejerce en muchos negocios, industrias y principalmente en la familia mexicana, es de supervivencia a las vicisitudes que diariamente viven por la constante competencia diaria, por la lucha de la supervivencia del ser humano en las grandes ciudades, en el que la mayor parte de los mexicanos han abandonado las áreas rurales, dejando sus campos de agricultura para venir a las grandes urbes para tratar de mejorar la situación económica en que viven.
En México el LIDERAZGO es un rasgo cultural fuertemente arraigado, forjado desde tiempos precolombinos, y es precisamente esta tradición lo que hace tan difícil ser un líder mexicano, debido a todos los rasgos que a lo largo del tiempo se han acumulado y que nosotros percibimos como obligaciones mínimas para poder otorgar dicho estatus. Ahora bien, estas características derivaron de la situación social y cultura de los diversos grupos que conforman la sociedad mexicana, representan el punto de partida sobre la cual se debe manejar una persona que pretenda el LIDERAZGO.
En nuestro país existen grandes barreras culturales que hay que vencer se nos enseña a obedecer y esperar al líder, el verdadero líder no pide obediencia, sino que fomenta y aprovecha las ideas, los valores, la energía y la firmeza de las personas para construir una plataforma sobre la cual el líder decide el camino.
Confundimos la lucha por el poder con el LIDERAZGO. Nos conformamos a esperar que “otro solucione las cosas”. No es de extrañar, entonces, que nos desilusionemos a cada paso.
La cultura en México, y los valores que ésta conlleva, profundamente arraigados en el inconsciente, son fundamentales para la cohesión social y la preservación moral, ayudan a la convivencia humana cotidiana; identificamos que la familia y la religión son elementos importantísimos para la comprensión de lo mexicano.
La familia es tan importante en el contexto mexicano que la mayoría de los puestos se siguen otorgando por contactos familiares, o personales, los cuales se logran establecer, generalmente, a través de un familiar. Los antecedentes familiares expresados por apellidos paterno y materno son factor importante para la posición en la comunidad.
Otro elemento importante es la religión, hay que reconocer que dentro del mundo empresarial mexicano se percibe a la religión como una fuerza positiva, quizá por la docilidad que provoca en los trabajadores.
Sí se cree que el líder se puede formar, un elemento importante es la educación, reconocemos que ciertas escuelas, sobre todo universidades particulares preocupadas y ocupadas en la formación de líderes, han incluido materias donde se intenta descubrirlos e impulsarlos, los programas se centran principalmente en descubrir las capacidades empresariales del alumno para que se convierta en un empresario exitoso e independiente, más que en descubrirlo como un auténtico líder, Este trabajo debería comenzar, no en la universidad, sino desde que se iniciamos en la actividad escolar.
La psicología del mexicano es la clave para interpretar nuestro subdesarrollo, para ello si queremos entender al mexicano debemos de conocer y entender su historia, las raíces últimas de las conductas laborales deben buscarse en la psicología, en las idiosincrasias nacionales. La cultura es una enorme fuerza determinante de los comportamientos. La relación que existe entre la cultura mexicana y la personalidad de los mexicanos es muy estrecha.
Si queremos un México mejor, debemos trabajar diariamente en superarnos elevando el nivel cultural de nuestras familias y personas que nos rodean, para que este México sea cada día mejor.
El LIDERAZGO comienza con la integridad y las virtudes, en particular, aquellas virtudes que permiten al líder articular las emociones y aspiraciones de otros, para inspirarlos con confianza y esperanza. Esto resultará en influencia poder por la esperanza, poder a través de la confianza, poder a través de una visión compartida.
Elsa I Rodríguez Hernández