Separación: cayendo al foso

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Tener que separarnos de nuestra pareja, de aquella persona a la que aún amamos, cuando aún no comprendemos porqué nos está ocurriendo esto, es lo más parecido a caer en un foso.
El dolor emocional, la confusión, la sensación de vértigo, de ir en caída libre, hace que seamos incapaces de tomar ninguna resolución, ninguna acción. El shock nos paraliza.
Todos nuestros amigos, familiares y seres queridos, están viendo nuestra paralasis, están viendo nuestra cara de «fin del mundo» y sus consejos, sus palabras bien intencionadas, son eso,… bien intencionadas, pero nosotros estamos tan mal que incluso nos hunden peor.
– Ya se te pasará …. (escuchamos de algunos, mientras por dentro pensamos… si, ya, pero ¿ya cuando es? ¿falta mucho para que llegue ya? Quisiera poner mi vida en pausa y despertar cuando YA HAYA PASADO ESTE DOLOR!)
– Tú vales más , no te merece… (y tú te dices a ti mismo… ¿y a quien le importa si lo merezco o no? Yo le quiero, eso de merecer es una tontería!! y si, valdré más… pero de poco me ha servido porque se ha ido)
– Salgamos así se te pasa…. (cómo si el dolor fuera por estar en casa, cómo si el dolor no nos acompañara fuera de esas cuatro paredes… qué ingenuos, ¿No?)
Todo va a salir bien, no te preocupes ... ( pues de momento empezamos mal, porque mi pareja se ha ido al diablo y eso, para mi, no es salir bien….. ¿como no preocuparme entonces?)
Si, lamentablemente, las buenas palabras no hacen más que hundirnos en esos pensamientos negativos, en ese sentimiento de final del mundo. Aunque unas semanas o meses después, podamos darles la razón, porque el dolor remite, porque se nos pasa, porque nos damos cuenta que a pesar de este golpe el mundo no se ha acabado, que tenemos salud, que tenemos a nuestros amigos y familia, que seguimos siendo una persona con futuro, que tenemos las mismas capacidades para ser felices que cuando estábamos en pareja…
Pero claro, eso llega después. En el primer momento, los primeros días y semanas el shock es tan grande que incluso nos cuesta caminar, vestirnos, movernos… vamos por la casa como fantasmas, como almas en pena, arrastrando los pies, con la cabeza hundida entre los hombros y los brazos colgando como si fuésemos muñecos de trapo….
El foso, tiene final. Y una vez que toques el fondo, el camino ascendente puede durar el tiempo que tú decidas que dure. Si te has convencido que después de una ruptura sentimental, «lo normal» es estar solo un par de años, pues cuando hayan pasado dos años y un día verás a alguien que te guste y sonreírás. Si eres de los que cree que tras un divorcio, la vida no te vuelve a sonreir… no le sonreíras a la vida, y como ésta, es un espejo, hará exactamente lo que tu esperas que haga, no sonreirte….
Mucho de lo que ocurre en nuestra vida, ocurre porque creemos que así es como ha de ocurrirnos.
¿Sabes cuáles son los datos de divorcios en España? 387 divorcios POR DIA!!!! Un matrimonio roto cada 3,7 minutos. ¡Que horror!
Menos mal que la vida continúa, que pasados unos meses, recogemos los pedazos de nuestros corazones, y si somos capaces de volver a sonreir y aprender de este golpe, volveremos a casarnos pero ya no formaremos parte de las 387 rupturas diarias…
Viki Morandeira
Tu Coach Personal
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