El teatro es una de mis pasiones y a partir del teatro comencé a transitar mi propia creatividad más concientemente, hace ya 8 años y la Gestalt es mi «oficio», como diría Albert Rams. Unir estas dos facetas mías, no es difícil.
Estos puntos de encuentro, el Ser Humano, la ampliación de la experiencia personal y la vivencia del Aquí y ahora, los considero esenciales para que ambas herramientas, la Gestalt y el Teatro, se puedan integrar en el trabajo terapéutico.
El propósito de esta unión, es potenciar la experiencia de hacer, sentir, caminar, mirar, observar, hablar, cantar etc., de una forma distinta a la que el cuerpo, alma, cabeza y corazón están habituados. Experimentar la realidad interna y externa de una forma diferente. Así, se puede dar vida a personajes internos que no respiran, y que no conocen la luz, a partes que cada uno tiene, y que la vida nos ha llevado a dejarlos de lado, como por ejemplo, el niño interno que todos tenemos.
El JUEGO COMO COMIENZO DE UN PROCESO CREATIVO:
El teatro es la creación de la vida, tomada en tiempo presente en el espacio, por medio del cuerpo humano. El espacio teatral permite y facilita transitar aspectos y formas que socialmente o no se encuentran “permitidas”, o que personalmente, por los juicios que nos pesan o mecanismos neuróticos que nos azotan, no nos las habilitamos. Un ejemplo claro es la posibilidad que nos brinda el teatro de convertirnos en locos, prostitutas, animales no racionales, solo instinto, o cualquier personaje que no podemos experimentar en nuestra vida cotidiana.
Para dar libertad a estos personajes y para dar rienda suelta a la libertad imaginativa, el juego se convierte en un aliado imprescindible en el proceso creativo teatral. El juego creativo permite expresar la tensión conflictiva existente entre las personas y el mundo. El valor del juego reside en que es una actividad no impuesta, es de orden físico mental, no busca ningún fin utilitario y a la que nos podemos entregar para divertirnos y obtener placer. Por lo tanto con el juego se obtienen desbloqueos, y la desinhibición de las barreras. En el diccionario de sinónimos jugar también es arriesgarse y moverse, el impulso de jugar es un instinto. Nacemos con este instinto, de modo que el sustento de la vida creativa es el juego.
Para un niño jugar significa comprometerse con su hacer, sin embargo para el adulto ha sido siempre una distracción o relajación. En el mundo de los mayores el que juega como un niño es considerado como una persona poco seria.
Esta desvalorización del juego infantil dificulta la explicación de cómo jugar. No hay ningún método para jugar, para aquellos que se lancen a esta aventura de jugar no podrán hacerlo sin convicción, escépticamente, con credulidad, fe arrojo y pasión.
¿PARA QUÉ SE JUEGA?
Se juega para obtener el conocimiento del sí mismo y obtener placer.
- Se juega para manipular los objetos y fenómenos de la vida externa y ponerlos al servicio de la vida interna.
- Se juega para intentar resolver conflictos surgidos en la relación del individuo con su exterior.
- Se juega para hacer resaltar la tensión dramática que comporta el vivir y trascender la realidad interna a un foro externo de nuestra realidad.
Fuente: Cusca Risun Terapia Gestalt