Otros, se olvidan del tiempo, y únicamente se percatan de ello, cuando es tarde ya, entonces quieren correr detrás de los años que se han ido, que se han desperdiciado como una semilla en un terreno hostil e infértil. Es en esos momentos cuando nace la nostalgia de lo que pudo haber sido y no fue, de los sueños que no se realizaron y los caminos que no se recorrieron. Y eso, es realmente triste, sí, definitivamente muy lamentable, porque esta vida es una sola oportunidad. Entonces, ante la fugacidad de los años, de los días, de las horas ¿Cómo podemos administrar nuestro tiempo en este mundo globalizado, complejo y tan dinámico? Simplemente haciendo una revisión de nuestras prioridades, metas y objetivos. Sabiendo qué queremos, qué tenemos y hacia dónde vamos. Estableciendo tareas inherentes a lograr las metas propuestas, dado que sin una planificación, seremos como marineros perdidos en mar adentro cuyo tiempo está a la disposición de las turbulentas aguas.
eas propias para lograr el objetivo, estaremos usando bien nuestro tiempo. Cada día tiene su propio tiempo y no debemos cargarle al otro día las tareas del anterior, ya que entonces se descompensa el equilibrio natural de ese tiempo y surgen las complicaciones, los errores y los traumas laborales.
El tiempo nos deja el recuerdo de lo que fue y a veces ni eso queda, puede llevarse todo dejándonos sólo recuerdos de un recuerdo. El tiempo se desgasta. A veces lento, y a veces creemos que se esfumó de lo rápido que se nos pasó. El futuro es incierto, vivimos de recuerdos, de pasado… El tiempo se consume, vuela… Lo que hicimos ya no lo podemos cambiar. Nos arrepentimos de nuestro pasado y a veces volveríamos tan sólo un momento para revivir ciertas cosas. El tiempo pasa, los segundos corren dejándonos un pasado. Esto ya es pasado. Y esto también. Y esto… De eso se trata la vida, de aprovechar cada segundo, cada instante. De disfrutar del tiempo que corre antes de que se esfume transformándonos a nosotros mismos en pasado. El tiempo de navidad es también tu tiempo, hazlo tuyo… no lo dejes escapar
Fuente: ÉTICA Y CRECIMIENTO PERSONAL