Tu mayor miedo….
Todas las decisiones importantes que tomas se guían por una de estas dos cosas: o bien por un acto de fe, o bien por un acto de miedo. La fe, la confianza te abre una puerta hacia un nuevo futuro. Te permite tomar nuevas rutas y explorar otros senderos y caminos no recorridos hasta el momento.
Cuando tomas decisiones que se basan en tu esencia espiritual, en tu fe, o en tu confianza, experimentas una libertad sin límites.
Es una cuestión de fe, de fe en ti mismo, donde puedes llegar a ver más allá de las circunstancias e imaginar nuevas elecciones más valientes para el futuro. La fe significa confiar, en creer en algo que no podemos ver, sentir o conocer.
Cuando decidimos nuestras acciones basadas en la fe, estamos depositando nuestra confianza en algo que no son nuestros temores.
Sin embargo el miedo nos mantiene atados al pasado. Repetimos patrones adquiridos que nos mantienen en el miedo a lo desconocido, al miedo del abandono, al miedo al rechazo, a no tener bastante o no ser lo suficientemente buenos; y todos esos miedos te atrapan haciendo que sigas tomando las mismas decisiones que siempre tomas.
Cuando sientes miedo evitas salir de tu área de confort e incluso a veces aceptas como buena, la incomodidad manifestada de algo que no se puede cambiar, te auto convences de lo bien que estás pese a tus incomodidades. Y entonces es casi imposible ver más, ver desde un plano superior la vida, pues simplemente va guiada por los miedos. Tus miedos te dicen lo que puedes y lo que no puedes hacer.
La raíz de todos tus patrones negativos repetidos es el miedo. ¿De qué tienes miedo? Cada vez que haces algo que no es coherente con tu pasado, algo que es diferente con lo que has sido o de quien crees que eres, te enfrentas a tus propios miedos. Y cuando tomas decisiones desde el miedo, pierdes oportunidades y estás garantizando un futuro que no será más que una continuación de tu pasado.
Se sincero contigo mismo, y verás que muchas de tus acciones proceden del miedo a perder lo que ya tienes. Tu miedo se alimenta de la ira, el sufrimiento, las preocupaciones, los resentimientos e inseguridades mientras que tu fe se nutre de la posibilidad, la esperanza, la confianza o una creencia de que es posible.
¿Dónde está tu fe en estos momentos?
¿La tienes localizada entre los temores? O ¿te das el derecho a crecer que las circunstancias te darán lo justo que necesitas?
Fe equivale a confianza.
Si eliges vivir hazlo con fe.
Fuente: Coaching Politico