Hace muchos años cuando comencé a estudiar Programación NeuroLingüística, sucedieron varias cosas. Entre ellas, la sorpresa y la alegría de comprender un poquito como funcionamos mental y emocionalmente. Se despertó en mi una fascinación ante la perfección del SER humano, de sus complicaciones y a la vez de su simpleza. Me enamoré de mi misma, de mis procesos, de mis dolores y de mis alegrías. Aprendí a escuchar a otros con los ojos, a escucharles con mis sensaciones corporales y a tocarlos con palabras.
Comparto con ustedes una anécdota de esas que ocurren cuando estoy facilitando en grupos y de pronto, sin querer queriendo, sucede algo que ilustra de forma maravillosa el ejemplo del que estoy hablando y que deseo que sea evidente. Durante un taller de «La Ventaja de Vender utilizando la PNL» estaba presentando el tema de los 5 sentidos y como nuestras preferencias aparecen también en nuestra conversación. Les contaba lo importante que es escuchar con todos los sentidos, escuchar en qué sentido nos habla nuestro cliente (visual, auditivo, kinestésico, olfativo, gustativo) y también lo importante que es aprender a hablar en ese mismo lenguaje de nuestro cliente para asegurar que nos prestará atención. En el grupo había una chica con una alta preferencia visual… y aproveché la oportunidad de que estaba distraída, quizá ya hasta fastidiada de un día completo de estar en una sala en lugar de estar vendiendo! Y mientras ella estaba distraida, aproveché y dije: «Y si te pido que mires como cambian los colores de esta presentación, y veas los matices y los tonos del verde» ¡Su reacción fue inmediata! Levantó la vista solo para darse cuenta de que no habia nada que ver, pero sí unas palabras que la hicieron buscar… El resto del grupo, aun poco acostumbrado a los cambios en las modalidades sensoriales de lenguaje, ¡captó la magia!
ATREVETE – Taller de Introducción a la Programación Neurolinguistica
A partir del MIERCOLES 21 de noviembre del 2012, tres miércoles seguidos en dos horarios diferentes: de 9am a 12m ó de 6 a 9pm.
En El Cafetal, Caracas
Fuente: PNL – Elisabeth Tepper Kofod