Pero muchas veces confundimos la asertividad con el egoísmo, o prepotencia, porque no está de acuerdo con los valores que se nos inculca desde muy pequeño: sé amable, sé sumiso, no digas lo que piensas. Pero tampoco tenemos que pasar de un extremo al otro, es decir, puedo expresar lo que realmente pienso sin ofender y/o herir a los demás. La cuestión clave aquí es: ¿a quien respeto más: a los demás o a mi mismo? ¿Por qué es tan importante para mi lo qué piensan los demás? ¿En qué baso mi autoestima? ¿En las opiniones de los otros o en lo que yo pienso de mi?
Una persona asertiva conoce sus propios derechos y los defiende respetando a los demás. No intenta ganar, busca acuerdos. Se conoce a si misma, controla sus emociones, sabe poner límites y frenar a los demás cuando empiezan a atacar.
Aquí algunos derechos asertivos:
1. Ser tratado con respeto y dignidad
2. Tener y poder expresar los propios sentimientos y opiniones
3. Ser escuchado y tomado en serio
4. Juzgar mis necesidades, establecer prioridades y tomar mis propias decisiones
5. Decir “NO” sin tener culpa
6. Pedir lo que quiero , teniendo en cuenta que
el otro tiene derecho a decir NO
7. Derecho a cambiar
8. Derecho a cometer errores
9. Derecho a pedir información y ser informado
10. Derecho a obtener aquello por lo que pagué
11. Derecho a decidir no ser asertivo
12. Derecho a ser independiente
13. Derecho a tener éxito
14. Decidir qué hacer con mis propiedades, cuerpo, tiempo, etc…mientras no se violen los derechos de otras personas
15. Derecho a gozar y disfrutar
16. Derecho a mi descanso, aislamiento, siendo asertivo
17. A superarme, aún superando a los demás.