– ¿Pueden las creencias afectar el resultado de un tratamiento médico?
– En el capítulo 4 hemos visto como la mente (energía) y el cuerpo (materia) están relacionados, aunque la medicina occidental ha tratado denodadamente de separarlas durante cientos de años.
– La biomedicina tradicional, cuya ciencia está basada en el universo material newtoniano, se acoge a la separación entre mente y cuerpo de Descartes (siglo XVII). La realidad del universo cuántico vuelve a unir lo que Descartes separó. El cuerpo físico puede verse afectado por la mente inmaterial.
– Los pensamientos, la energía de la mente, influyen de manera directa en el control que el cerebro físico ejerce sobre la fisiología corporal. La «energía» de los pensamientos puede activar o inhibir la producción de proteínas en la célula mediante las interferencias constructivas o destructivas.
– A los científicos se les ha enseñado a considerar anomalías extrañas los casos de las personas que superan sus enfermedades con el poder de su mente. El hecho es que la energía es un medio más eficaz de alterar la materia que los fámacos.
– No quiero decir que sólo los pensamientos positivos por sí solos logren la curación física en todos los casos. Se necesita algo más: el cambio de forma de pensar. Cultivar los pensamientos positivos y erradicar los pensamientos negativos. Pero no basta con «pensar lindo» en la parte consciente y dejar saparada la parte negativa del subconsciente.
La mente consciente es la creativa, la que puede conjurar los «pensamientos positivos» y la mente subconsciente es estrictamente maquinal, repetidora de las señales vitales una y otra vez; es una reacción estímulo-respuesta. Puedes repetir una y otra vez la afirmación positiva de que eres encantador o que tu cáncer se irá, pero si de niño escuchaste una y otra vez que no sirves para nada y que vas a morir de cáncer, esos mensajes del subconsciente socavarán tus mejores esfuerzos.
¿Por qué abandonaste tus buenos propósitos de Año Nuevo?
La programación subconsciente te autosabotea.
– Repasemos…
Las funciones celulares derivan directamente del cambio en sus «engranajes» proteicos. El movimiento generado por los grupos de proteínas es el causante de las funciones fisiológicas que posibilitan la vida.
A pesar de que las proteínas son el soporte físico estructural, se necesitan señales complementarias del entorno para desencadenar su movimiento.
La interfase entre las señales ambientales y las proteínas citoplasmáticas que producen la respuesta es la membrana celular. La membrana recibe estímulos y desencadena las respuestas vitales apropiadas. Así pues, la membrana celular actúa como el «cerebro» de la célula.
– Durante los primeros 3 mil millones de años de vida en este planeta, la biósfera consistía en células individuales como las bacterias, las algas y los ptotozoos. Sin embargo, éstos poseían unas «moléculas señal» que secretaban al medio como orden de unirse en «comunidades» primitivas.
El punto es: los organismos individuales viven en comunidad cuando comparten su «conciencia» y coordinan su comportamiento mediante la liberación de «moléculas señal» al ambiente.
Fue tan sólo hace 700 millones de años cuando las células descubrieron las ventajas de agruparse en comunidades multicelulares, que hoy reconocemos como plantas y animales. Mediante un estricto control de la liberación y distribución de dichas moléculas señal, las comunidades celulares pudieron coordinar sus funciones y actuar como un único ser vivo.
El flujo de estas moléculas señal se convirtió en una «mente» elemental en aquellos organismos multicelulares más primitivos. Cada célula se encarga por sí sola de captar la información del medio y de ajustar su comportamiento.
No obstante, al comenzar a formar una comunidad se requirió una nueva política, un plan común: la división de funciones y el mando único del cerebro.
En consecuencia, en una comunidad celular, cada célula individual debe acatar las decisiones informadas de la autoridad que percibe el medio, el cerebro. Éste es un punto muy importante a tener en cuenta cuando culpamos a las células de nueztros órganos y tejidos de la salud de nuestras vidas ¡!
– La evolución del sistema límbico tuvo como resultado la aparición de un mecanismo único que convertía la comunicación mediante señales químicas en sensaciones que todas y cada una de las células de la comunidad podían experimentar. Nuestra mente consciente experimenta estas «señales» como emociones. En elegantes experimentos se ha comprobado que la «mente» no estaba localizada en la cabeza, sino distribuida a lo largo y ancho del cuerpo en fórmula de moléculas señal, y que las emociones no sólo derivaban de una respuesta corporal a la información del ambiente, sino que mediante la autoconciencia, la mente puede utilizar al cerebro para generar «moléculas emoción» y liberarlas al sistema.
Mientras que el uso apropiado de la conciencia puede proporcionar salud a un cuerpo enfermo, el control inapropiado e inconsciente de las emociones puede ocasionar fácilmente que un cuerpo sano enferme.
– El sistema límbico supuso un avance evolutivo fundamental debido a su capacidad para sentir y coordinar el flujo de señales que regulan el comportamiento dentro de una comunidad celular. La mayor eficacia del sistema evolucionado de señales permitió que el cerebro aumentara de tamaño.
– Los comportamientos reflejos elementales adquiridos durante la evolución se transmiten a la descendencia en forma de instintos básicos innatos.
– Aunque las respuestas a los comportamientos reflejos o condicionados pueden ser complejas, son «descerebradas». Las rutas neurales se estructuran para asegurar un patrón repetitivo. Estas rutas son los «hábitos».
– Los humanos y cierto número de mamíferos superiores han desarrollado una región especializada del cerebro asociada con el pensamiento, la planificación y la toma de decisiones llamada corteza prefrontal. En apariencia es el asiento de la autoconciencia, que también es autorefleja, que observa y «siente» comportamientos y emociones. También tiene acceso a los datos acumulados en la memoria a largo plazo.
La mente autoconsciente puede observar y programar comportamientos, evaluar y decidir. Tiene la capacidad de obviar los programas de la mente subconsciente. Esta es la base del libre albedrío. ¡!
– Junto con esto, el cerebro tiene la capacidad de aprender de las ideas ajenas, sin experimentar en carne propia. Las «verdades» de los demás se pueden convertir en nuestras «verdades» que irán a parar a la mente subconsciente; que ya dijimos que es refleja, que no reflexiona y que actúa sólo en el ahora. ¡!
– Nuestras respuestas a los estímulos del ambiente están en efecto controladas por las percepciones y creencias, sean correctas o incorrectas. Las creencias sí controlan la biología. ¡!
– Las células tienen en la membrana una proteína que reacciona como una alarma. Son dos tipos de complejo, uno desencadena la respuesta de protección y el otro la respuesta de crecimiento y desarrollo. La adrenalina tiene también dos tipos de receptores, los alfa y los beta. Estos receptores desencadenan las respuestas de las células. Las alfa provocan la protección, las beta el crecimiento o desarrollo.
Cuando aparecen ambas -las alfa y las beta- es el cerebro el responsable de tomar la decisión según la prioridad, aun cuando sus órdenes entren en conflicto con los estímulos locales. Es por eso de decimos que la mente domina al cuerpo. ¡!
– Ejemplos de esto es el llamado «efecto placebo» o «efecto ideológico» o «efecto de las creencias» y su contraparte, el «efecto nocebo».
Ambos son igual de poderosos y se deberían considerar en la educación de las personas. Sean los padres, los terapeutas, los médicos o quienes quiera, han de cuidar sus palabras y sus gestos que pueden robar la esperanza de las personas haciéndoles creer que no están aptos para hacer algo.
– La educación médica debería formar doctores que reconocieran el poder de nuestros recursos interiores. No deberían descartar el poder de la mente como algo inferior al poder de las sustancias químicas y el escalpelo.
Deberían desechar la convicción de que el cuerpo y sus componentes son estúpidos y de que necesitamos una intervención externa para conservar la salud.
– Los pensamientos positivos y negativos son más importantes de lo que creíamos en todos las aspectos de la vida. Son filtros de la realidad que modifican nuestra biología para responder. A pesar de que todavía no podemos cambiar la información de los genes, sí podemos cambiar nuestra forma de pensar.
– Tu mente puede jugar a tu favor.
Lipton, Bruce. La biología de la creencia, cap. 5