– Dejar los impulsos a un lado.Muchas personas toman decisiones por impulsos y sin apenas darse cuenta, por ejemplo cuando están en el supermercado con el estómago vacío empiezan a comprar más comida de la que necesitan que cuando van saciados e incluso compran comida basura para saciarse en finalizar la compra. Otros compran inmediatamente al ver un descuento, como la famosa «segunda unidad a mitad de precio», para muchos esto es tan irresistible que se piensan que están haciendo una buena inversión pero en verdad están comprando más de lo que necesitan. Por ello antes que nada, antes de tomar cualquier decisión es mejor pararse a pensar, reflexionar e interpretar si nos encontramos ante un caso de captura de posibles compradores mediante ofertas y anuncios atractivos del marketing agresivo.
Fuente: Crecimiento Personal Exponencial