A veces pienso en el hecho de que las profesiones ligadas con la salud mental, parecen estar cerca del decirle al otro lo que tiene que hacer.
De hecho lo están. Pero yo tengo un gran pudor con este tema – no me gusta nada decirle a nadie lo que tiene que hacer. Sería como ponerme por encima del otro. Me cuesta hacerlo incluso cuando se supone que soy la autoridad competente en un tema. Necesito mucho nivel de certeza para hacerlo.
Pero se me ha ocurrido también, que la óptica (enseguida entenderéis el doble sentido) está equivocada. El terapeuta no debe ser el guía que te dice por dónde ir. El terapeuta es como un oftalmólogo, pero que trata la vista interna.
Te gradúa las gafas, para que tú veas mejor. Para que seas tú quien, una vez ve mejor, tome sus propias decisiones respecto a las novedades. Y para acompañar en este descubrimiento de la realidad con otros ojos.