Aunque no estamos para muchos lujos, no deberíamos renunciar a seguir buscando aquellas cosas que nos apasionan en la vida. Y si encima nuestras pasiones ocupan nuestro espacio laboral mucho mejor. Tenemos cientos de ejemplos de personas que han logrado hacer de su pasión un trabajo o que trabajan apasionadamente en un área que les gusta. Al fin y al cabo es lo mismo, pues conseguimos estar diariamente ejerciendo habilidades y competencias en algo que disfrutamos. Quizás todas estas expresiones tipo pasión, disfrutar o gustar no son muy de estos momentos donde parece que la crisis aparca hasta nuestros sueños. Pero permitirme que defienda que justo por eso, hoy más que nunca necesitamos encontrarlas cuanto antes estas pasiones.
¿Por qué? Sencillamente, no solo por nuestra salud personal y laboral, también por nuestro rendimiento y nuestra diferencia en el mercado. Un trabajador que disfruta de lo que hace rinde en torno a dos veces más que uno normal, aparte que es más creativo, comprende mejor las soluciones posibles y estructura mejor las tareas. Un trabajador que se apasiona con lo que hace se concentra más y utiliza más sus habilidades en zonas de reto y de mejora continua, aparte que busca crecer profesionalmente estimulando directamente su empleabilidad. Un trabajador que le gusta lo que hace irradia en los demás un mejor espíritu colaborativo y abre más la cooperación en el entorno laboral.
¿Por qué? Sencillamente, no solo por nuestra salud personal y laboral, también por nuestro rendimiento y nuestra diferencia en el mercado. Un trabajador que disfruta de lo que hace rinde en torno a dos veces más que uno normal, aparte que es más creativo, comprende mejor las soluciones posibles y estructura mejor las tareas. Un trabajador que se apasiona con lo que hace se concentra más y utiliza más sus habilidades en zonas de reto y de mejora continua, aparte que busca crecer profesionalmente estimulando directamente su empleabilidad. Un trabajador que le gusta lo que hace irradia en los demás un mejor espíritu colaborativo y abre más la cooperación en el entorno laboral.
Pero en realidad ¿podemos escoger nuestro trabajo? ¿cómo encontrar nuestras pasiones laborales? Dada la actual coyuntura el mercado no da muchas opciones de poder elegir diferentes puestos de trabajo, eso dificulta el ajustar en trabajos que igual son nuestra preferencia pero que no necesitan personal. Desafortunadamente tenemos cientos de ejemplos de personas que no están donde les gustaría estar trabajando, sencillamente hemos bajado en la pirámide de Maslow a cubrir necesidades de seguridad y con ello en muchos casos hemos sacrificado nuestras posibilidades de encontrar trabajos donde poder disfrutar. Lo que si está claro es que la búsqueda de una “pasión laboral” no es una búsqueda a corto plazo, debe ser como un faro que nos guía para ir acercándonos poco a poco y generando los puentes hasta que surja la oportunidad. Por eso hay que tener claro dónde quiere ir uno para poder centrar todos sus esfuerzos posibles. ¿Cómo saber dónde están nuestras pasiones? Muy sencillo, conteste a estas preguntas:
1. ¿Qué actividad ha hecho o hace donde se le pase el tiempo volando y encima note que se le da bien?
2. ¿Sobre qué actividad le han dicho otros que parece muy bueno o que se le ve disfrutando?
3. ¿Recuerda una actividad donde sonriera e incluso se le notara feliz?
Sólo con estas tres sencillas preguntas podemos realizar una lista e ir acotando posibilidades. Recuerde también que no necesariamente tiene que ser la actividad en sí sino que puede ser una actividad similar donde se movilicen las mismas habilidades o competencias. De hecho, muchas veces separamos el ocio del trabajo indicando que el primero es disfrute y el segundo sacrificio. Pero no hay nada mejor como montar o emprender un negocio en un área afín a nuestras aficiones o pasiones. Seguramente necesitará un toque de realidad para que el negocio funcione, es decir, variaciones de su servicio para adecuarse a lo que el cliente pueda necesitar. Pero siempre es mejor estar cerca que no estar.
Déjeme ponerle algunos ejemplos:
1. Director comercial que descubre que su pasión es la cocina y tras tres años de estudio y preparación abre su propio restaurante (pasión la cocina).
2. Dependiente de tienda que monta un negocio de red con venta de productos (pasión la informática).
3. Estudiante que descubre que su pasión es educar niños y monta actividades extraescolares (educación infantil).
4. Profesor que descubre que su pasión es llevar un hotel rural en la montaña (pasión actividades aire libre).
5. Aficionado a la música y coach que deja su trabajo y monta un negocio de enseñanza musical con metodología de coaching educativo (pasión música).
6. Comercial que le apasiona la novela histórica y monta servicios de guía personalizados por la ciudad aparte de escribir guías y libros (pasión novela histórica).
7. Desempleada que monta una red de peluquerías con estilo personalizado y con un claro enfoque de servicio completo (masaje, belleza, etc) (pasión estética).
8. Consultora que monta una guardería con un estilo propio e internacional (pasión educación infantil).
9. Desempleadas que montan una empresa de servicios para colegios y escuelas sobre educación en inteligencia emocional (pasión educación inteligencia emocional).
10. Desempleado pero aficionado a todo tipo de deportes que monta empresa de servicios deportivos tanto para colegios como para ayuntamientos (pasión deporte).
11. Profesora a tiempo parcial que se va a los países árabes para trabajar en servicios deportivos (pasión deporte).
Si algo está claro es que todos estos casos reales no se han dado en tres días, muchos son historias que han tardado quince o veinte años en descubrir en realidad que podían trabajar en aquello donde no sólo eran buenos sino que les encantaría trabajar. En muchos casos se dedicaban a sus aficiones y pasiones en el tiempo libre. Sin embargo, tomar estas decisiones de cambio no son fáciles y muchas veces tienen claras limitaciones por el entorno. Pero si algo queda claro es que quien persigue sus pasiones tarde o temprano acaba en ellas. Necesitamos constancia, realidad para estar pendiente a las oportunidades, resiliencia para aguantar los envites constantes de la crisis económica, optimismo para seguir soñando en aquello que uno cree, orientación a resultados para poder objetivar nuestros sueños y pasiones en servicios concretos útiles para el mercado, etc…
Si algo queda claro es que mucha gente SI ha conseguido acercarse a sus aficiones y pasiones. Y no lo dude, esto repercute no sólo en el trabajo y su comportamiento organizativo sino también en su vida y sus relaciones. Sea paciente, si no lo puede conseguir ahora póngalo en sus objetivos, pero no lo dude, ¡busque su pasión!
Fuente: Talento y Coaching