CUENTO: El florero de Porcelana

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El Gran Maestro y el Guardián se dividían la administración de un monasterio Zen.
Cierto día, el Guardián murió y fue preciso substituirlo.
El Gran Maestro reunió a todos los discípulos para escoger quién tendría la honra de trabajar directamente a su lado.
– Voy a presentarles un problema -dijo el Gran Maestro- y aquél que lo resuelva primero, será el nuevo guardián del Templo.
Terminado su corto discurso, colocó un banquito en el centro de la sala.
Encima estaba un florero de porcelana seguramente carísimo, con una rosa roja que lo decoraba.
– Éste es el problema -dice el Gran Maestro -resuélvanlo-.
Los discípulos contemplaron perplejos el «problema», por lo que veían los diseños sofisticados y caros de la porcelana, la frescura y la elegancia de la flor. ¿Qué representaba aquello? ¿Qué hacer? ¿Cuál sería el enigma? Pasó el tiempo sin que nadie atinase a hacer nada salvo contemplar el
«problema», hasta que uno de los discípulos se levantó, miró al maestro y a los alumnos, caminó resolutamente hasta el florero y lo tiró al suelo, destruyéndolo.
– Al fin alguien que lo hizo !!! – exclamó el Gran Maestro-
Empezaba a dudar de la formación que les hemos dado en todos estos años!!
Usted es el nuevo guardián.
Al volver a su lugar el alumno, el Gran Maestro explicó:
– Yo fui bien claro: dije que ustedes estaban delante de un «problema».
No importa cuán bello y fascinante sea un problema, tiene que ser eliminado.
En tu vida, puedes tener delante tuyo una gran cantidad de floreros. Puedes cambiarlo de lugar, puedes guardarlo en una caja, pero seguirá estando ahi. Un problema es un problema. Algo que te preocupa. Si inviertes tu tiempo en pensar en lo que te preocupa, poco tiempo te queda para decir qué vas a hacer con ello!!!!
Cambiar de rumbo, mejorar una relación, abandonar una relación, superar una situación conflictiva, mantenernos en un tipo de vida que no nos satisface….. son floreros, son problemas.
Por eso, es mejor invertir tu tiempo en analizar las posibles soluciones, y no la inmensidad del problema. Recuerda, que los problemas Grandes solo te dicen que aún no eres lo suficientemente grande como superarlo, Crece. Aprende. Mejora, conviérte en alguien más grande que ese problema y resuélvelo. Seguramente recordarás otros problemas que en tu vida te parecieron grandes (aprender a conducir, viajar solo, hacer un trámite, aprender un idioma, etc) pero que ahora son solo un recuerdo.
Tú puedes con tus problemas. Podrás en el momento en que dejes de darles vueltas y te pongas manos a la obra. Cualquier paso que des es mejor que no dar ninguno.
Viki Morandeira
Tu Coach Personal
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