Decir SI a todo…

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En días pasados, quedé con encontrarme con un amigo; mi amigo me confirmó la hora y el lugar en donde nos encontraríamos, para tratar un proyecto que tenemos en mente desarrollar y del cual estamos muy motivados e inspirados.

Llegó ese día; pasó la hora del encuentro… pasaron 2, 3, 4 horas… y no sabía nada aún de él. En algunos momentos me preocupé pensando que, como está la situación de inseguridad, pudiese haber sufrido algún problema. Finalmente logré comunicarme con él… se disculpó porque tuvo algunos inconvenientes, pero se comprometió nuevamente en reunirse conmigo “en una hora en el mismo lugar”.

Pasó la hora, pasaron nuevamente 2, 3, 4 horas y nada supe de él. Finalmente nunca llegó.

Ya en la noche tenía planeado escuchar una teleconferencia del Dr. Luis Gaviria titulada “Venciendo el Temor”. Me puse cómodo y me dispuse a escuchar y ver la mencionada conferencia.

Durante su disertación, el Dr. Gaviria hizo mención a la siguiente frase: “La baja autoestima afecta la alta motivación”. Esa frase me hizo detener la teleconferencia por un momento para reflexionar sobre ella, pero necesitaba entender más a fondo sobre ese punto. Reinicié la sesión y entonces tuve una revelación y empecé a comprender el porqué de muchas de mis actitudes y además, de la situación que se me presentó hoy con mi amigo.

Decir SI a todo por ser tan amable… y luego no poder cumplir, es un problema de autoimagen y, por ende, de baja autoestima. Decimos SI a todo y a todos para lograr la aprobación de los demás, para evitar el rechazo. De esa manera, logramos que nuestros amigos y familiares cuenten con nosotros y “complacemos” sus peticiones y necesidades. Llenamos nuestros días de “SI” a todos, comprometiéndonos a ayudar, ofreciendo soluciones que no tenemos, a veces cumplimos con unos, pero con otros no, logrando con esto crear un ambiente de duda, de decepción, de frustración en la relación. A veces, superamos el momento, pero al otro día, sin darnos cuenta, volvemos a lo mismo: nos comprometemos de nuevo con una y mil cosas y personas, creyendo que podremos cumplir con todo y con todos, aún cuando en el fondo sabemos por esencia que estamos muy lejos de poder ofrecer una solución.

Detén por un momento esta lectura y reflexiona:

¿Cuántas veces en tus días… en tu vida… has dicho SI cuando hubieses querido decir NO?…

¿Cuántas veces has dejado de cumplir con quienes te comprometiste a ayudar?…

¿Cuántas decepciones has creado por no haber cumplido a quienes pidieron tu apoyo y creyeron en ti?…

¿Cuántas veces has pospuesto una y otra vez los compromisos que contrajiste?

Yo hago esta reflexión y me doy cuenta fácilmente que muchas veces he querido decir NO… pero dije SI… que muchas veces he fallado a los compromisos que he hecho y que he creado muchas decepciones a amigos y otras personas, por posponer y hasta por no cumplir…

Cuando un ser humano pospone o no cumple con la ayuda que ha ofrecido (para lograr la aprobación de los demás), eso expresa un problema de baja autoestima. Y esto tiene que ver con tu “niño interior”. Y tu niño interior es la proyección de quien eres tú hoy en día.

Un niño interior sano ofrece ternura, disposición al asombro, te ayuda a mirar con alegría las cosas, te permite hacer y disfrutar las cosas que haces, te da inocencia y otros atributos que solo un niño puede ofrecer, sin prejuicios y sin miedos que te controlen.

Si el niño interior está herido, este puede arrebatarnos la alegría de vivir, las ilusiones, la capacidad de asombro para mirar a cada día con alegría y esperanza, podemos sufrir de sueños robados, puede hacernos buscar relaciones tormentosas que finalmente causan más dolor, y vivir con miedos que controlan nuestras vidas, entre otros, el miedo al rechazo, el cual nuestro ego lo tapa con una actitud complaciente que busca la aprobación de otros para sentirse bien.

Ante esto, es necesario procurarse una estrategia de supervivencia. Si tu niño interior es la proyección de quien eres tú hoy en día, entonces tenemos que luchar por subir nuestra autoestima, reconociendo nuestro niño interior y ayudándolo a sanar sus heridas, para elevar nuestro ser a una escala donde prevalezca un sentido de agradecimiento por quiénes realmente somos; así, elevamos nuestro ser a una posición donde nuestros miedos son superados o controlados a través de su reconocimiento y de las situaciones que los disparan y sabremos decir NO cuando debemos decir NO.

Además, no debemos olvidar que nuestros hijos perciben la proyección de nuestro niño interior; entonces, si buscas una justificación adicional para dar el paso de tu transformación, piensa en ellos y en lo que quieres que vivan en su niñez, para que en su adultez disfruten de la vida con una alta autoestima. Ellos lo agradecerán toda la vida.

Ten en cuenta lo siguiente:

  • No permitas que la opinión de un ser humano se convierta en tu realidad.
  • Mírate al espejo, y en lugar de recriminarte, ALÁBATE, VALÓRATE, pues tú eres un regalo que Dios te dio.
  • Practica la Empatía; todos, en su medida, podemos tener heridas en nuestro niño interior.
  • El sentido de Agradecimiento es un elemento clave para el bienestar del ser humano; cuando estás agradecido y das, suceden cosas increíbles en tu vida.

Si crees que lo necesitas, busca la ayuda de un Coach Personal que te facilite la caja de herramientas que necesitas para sanar tu niño interior y poder así lograr una vida plena y un camino claro hacia la felicidad.

¡Felicidad para Todos!

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