¿Has deshojado la margarita?
Recuerdo cuando tenía 12 años. Me gustaba un muchacho… Me parece verlo… Clarito…Él ni lo sospechaba (en ese tiempo yo era muy tímida y esa timidez me invadía por completo) y mientras tanto, yo me sentaba en el recreo con algunas de mis amiguitas a deshojar margaritas y preguntar ¿me quiere o no me quiere?… deseando que el último pétalo, a punto de impaciencia, me dijera ¡Sí! ¡Sí te quiere!
Y con este recuerdo a flor de piel me doy cuenta que la pregunta en el fondo y la duda es ¿Me quiero o no me quiero? ¿Me gusto o no me gusto? …y sospecho que la respuesta de esa margarita es con frecuencia No me quiero… También entonces surgen otras preguntas que son como espinas clavadas en el corazón… ¿Cómo puedo quererme? ¿Cómo puedo gustarme? de donde se derivan, afirmaciones como ¡No merezco que me quieran!
¿Y cómo vivimos esto en nuestra vida cotidiana?
En el trabajo, cedo a la presión y me visto como le gusta a los jefes para que me vean y me tomen en cuenta y pueda ascender… Te vuelves extrovertid@ y hasta chistos@ porque por supuesto eso de l@s tímid@s que hablan poco no resulta muy atractivo para vender, ni para enseñar, ni para visitar un cliente… En fin a pesar de la incomodidad evidente y pensando que los demás no se dan cuenta, mantienes esta tragicomedia durante años… y a pesar de ser vist@, ascender, enseñar y ser exitos@ con los clientes, en realidad esa tímid@, no aceptada y escondida durante años, sale en los momentos más inoportunos… ¡Qué raya!
Y con la pareja, puede que haga una «investigación» sobre sus gustos … ¿Le gustan las catiras?… Sin vacilar me pinto el cabello y no dejo que me salga ni la más mínima sombra de raíz… Le gustan l@s flac@s y me mato de hambre hasta quedar en el esqueleto… o puede que lo complazca al punto de olvidarme de mí (claro el otro siempre es más importante que yo) creyendo que lo amo… y así me voy perdiendo en el camino y cuando me encuentro la margarita ya no sé siquiera qué es lo que quiero preguntar…
Pues yo despedí a mi margarita y ahora, a los 52 años, después que he ido reconociendo mis distintas facetas, soy un poco más flexible conmigo, y a veces me río con una picardía cómplice cada vez que me encuentro con mi tímida, mi comelona, mi miedosa, mi arrecha (y no me disculpo porque aunque trate de disfrazarla con una palabra más suave, la verdad es que a veces lo soy), mi perfeccionista (y la lista sigue claro), dándome cuenta que cada una de estas facetas que no me gustaban y que ahora puedo ver, tienen sus momentos de gloria, cada vez que de manera consciente las busco y me ayudan en una determinada situación en la que me vienen como anillo al dedo…
Si te sientes incómod@ deshojando margaritas, puedes comenzar a conocer tus distintas facetas (las que te gustan y las que no), en sesiones de terapia individual, grupal y/o en nuestros talleres vivenciales.
Contacto: 0416-6387297
Fuente: Psicoterapia Gestalt en Caracas