Los orígenes de las dificultades de comunicación en la empresa familiar se basan en
las distintas expectativas del fundador con las generaciones siguientes.
Estas diferencias de base, nos muestran que el comportamiento del líder familiar es difícil de transmitir a la siguiente generación, ocasionando respuestas no esperadas que dificultan la comunicación efectiva de los miembros de la familia dentro de la empresa.
Esta situación llega a reflejarse negativamente en la marcha de la empresa ya que abre brechas en la unidad familiar, cuyos miembros
se sienten sistemáticamente comparados por la familia y los trabajadores.
Cuando los hábitos de comunicación en la familia empresaria se distancia, nos encontramos con modelos de comunicación negativos de los que destacamos los siguientes:
· Evitación: “Yo ya no digo nada”, “Prefiero no tener que hablar con él”.
· Comunicación en triángulo: “Habla con fulano, a mí ya no me metas en eso que no quiero problemas”, “Dile a mengano que así no podemos seguir y que cambie su actitud”.
· Negación: “En realidad nos comunicamos muy bien”, “Siempre estamos de acuerdo”.
· Inculpación: “Es una persona de carácter insoportable, yo hago lo que está en mi mano, pero no cambia”.
Por lo tanto:
· No se trata de cambiar a las personas, sino de mejorar sus habilidades de comunicación.
· La implicación de todos los miembros de la familia en el proceso hace que los resultados se multipliquen.
· El proceso de mejora de la comunicación supone un importante impulso para el fortalecimiento de los vínculos familiares y empresariales.
· Es aconsejable la
ayuda de un experto para asegurar los resultados.
Varias recomendaciones en los procesos de mejora de la comunicación:
1. Es importante poner en marcha las soluciones lo antes posible.
2. Para desatascar problemas enquistados por una falta de comunicación, es importante acudir a ayuda externa especializada en provocar y gestionar estratégicamente el cambio, equilibrando familia y empresa.
3. Es importante darse cuenta que las situaciones más preocupantes son, en muchos casos, una consecuencia lógica del crecimiento paralelo de la empresa y de la familia dentro de la empresa.