Dos orejas y una boca

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«Tienes dos orejas y una boca… por eso hay que hablar la mitad de lo que escuchas». Esta frase le hace mucha gracia a un gran amigo mío (Javi, no digo tu nombre para que no te sonrojes ;-).
Lo cierto es que es la escucha activa es una herramienta que no siempre usamos y que es la clave de una «conversación poderosa» (o negociación poderosa). Pero ¿por qué?
En una sesión de coaching reciente pude de nuevo observar el resultado que se provoca cuando tratas de convencer en vez de escuchar. Parece que convencer es un fin en sí mismo, pero muchas veces lo que provoca son unas barreras que van en contra de lo que realmente importa: la creación del clima de confianza para poder «construir» soluciones comunes.
No puedo contar este caso por confidencialidad, pero fue algo muy parecido a esto… a ver si te ha pasado alguna vez algo parecido a este caso real…
Un capitán de destructor de USA navegando de noche por el Atlántico se encuentra con una luz en el horizonte. El capitán ordena al sobrecargo que den a ese barco instrucciones de virar . «Señor, nos dicen que viremos nosotros», le contesta tras el correspondiente envío y recepción de señales. Después de otro intercambio de orden y contraorden, el capitán, como un brazo de mar, dice «Dígale que esto es un destructor USA y que yo soy su capitán… o se apartan o abrimos fuego». El sobrecargo, con cara de sobresalto, regresa de nuevo y responde «Dice que desviemos nuestra trayectoria, que él es el encargado y que aquello es un faro».
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