“La Resiliencia es la poderosa capacidad humana
de encajar, resistir y superar la adversidad.”
L. Rojas Marcos.
de encajar, resistir y superar la adversidad.”
L. Rojas Marcos.
Hay quien afirma que los problemas son “la sal de la vida”, y no sé si estaréis se acuerdo con esta afirmación. Lo cierto y verdad es que a nadie le gustan los problemas como tal, aunque el punto está en saber diferenciar un verdadero problema de un simple inconveniente o contratiempo en el devenir de la vida. Sea como fuere, lo verdaderamente demostrable es que se ha observado que algunos seres humanos consiguen solucionar condiciones muy adversas en su vida, logrando convertirlas en experiencias ventajosas para su crecimiento personal. El enfrentamiento, con sus potencialidades, ante estas adversidades y salir fortalecido a pesar de estar expuesto a factores de riesgo, es lo que llamamos RESILIENCIA (Michael Rutter, 1972 fue quien primero lo usa para las ciencias sociales) Es decir, que un individuo, según sea su nivel de resiliencia, podrá enfrentarse a un problema con mayor o menor éxito y su estado emocional se resentirá o se fortalecerá según el nivel del concepto que hoy estamos tratando.
En nuestro vivir diario encontramos personas que pasan por vivencias estresantes, por situaciones que suponen por sí mismas un punto de inflexión y ruptura en el equilibrio biopsicosocial del individuo, porque duelen, enfadan, entristecen, angustian, te desmoronan, y uno cree, en ese momento, que son difíciles o imposibles de superar. En cambio, la realidad demuestra que no sólo son capaces de vivir estas situaciones, transitarlas, sino que salen renovados y como si fueran otras personas, de hecho lo son, son creativos y cambian para salir, “vacunados”, de esa situación perturbadora.
Ya en 1989, Lösel, Blieneser y Koferl, decían que Resiliencia es el enfrentamiento efectivo de circunstancias estresantes y acumulativas. Por su lado Grotberg (1995) opinaba que es la capacidad del ser humano para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas e, inclusive, ser transformado por ellas.
Como vemos, a la hora de conceptuar este término, introducimos en él conceptos como “enfrentamiento” y, por lógica, para lograr variar las situaciones y que hayan transformaciones, “cambio”. Creo que hasta aquí queda claro qué es y qué significa esta palabreja que a muchos os habrá resultado rarísima al oírla e incluso os preguntaréis que cuando se enseña o aprende a tener la capacidad de la Resiliencia.
Sinceramente no creo que estas habilidades deban postergarse mucho en el tiempo porque la vida, los sucesos y acontecimientos que nos trae, comienzan desde el nacimiento, siendo por esto por lo que se debe enseñar desde niño, desde bebé y los adultos tenemos esa misión. Porque, como dijo Pitágoras, si enseñamos a los niños no tendremos que castigar a los hombres. Además, si desde pequeños se nos inculcara este valor, se nos dotaría de recursos para afrontar la frustración que tiene y tendrá la vida.
Aún así hay personas que desde el nacimiento traen en su carga genética una predisposición resiliente porque a pesar de desarrollarse en un ambiente adverso y estar “condenadas a presentar problemas en el futuro”, logran establecer su equilibrio adecuado y exitoso para conseguir constituir familias estables y contribuir positivamente con la sociedad. El único secreto de esta conducta es la “capacidad de afrontar” y como “conducta”, se puede aprender y modificar con esfuerzo, voluntad y una gran dosis de energía interior. Es cuestión de elegir la actitud adecuada para vivir la vida y sus circunstancias.
“La persona resiliente no es diferente a los demás, no es un mago ni superhombre o supermujer; es un ser que mira, piensa, reconstruye y vive para ser feliz, y sabe que el futuro se ha de conquistar.”
Para conformar un poco mejor y llegar a entender el concepto resiliencia, con el propósito de introducirnos más en su significado y su conveniencia para traerlo a nuestra vida, podemos decir que se empleó originariamente en física, en ingeniería y metalurgia, para describir la capacidad de algunos materiales de recobrar su forma original tras haber sido sometidos a presiones que los deforman. Curioso, ¿verdad? Apliquémoslo, pues, a nuestro actuar y conseguiremos volver a nuestro ansiado equilibrio tras cualquier tipo de situación (unas son más duras que otras, ya lo sé) a la que nos veamos sometidos.
Nada mejor, tal vez, que un esquema para que os hagáis una idea mucho más clara de lo que hasta ahora estamos hablando:
Nos encontramos LOS FACTORES ADVERSOS, que enfrentan a la persona contra el entorno, debiendo aparecer unas HABILIDADES, que pueden ser INNATAS O ADQUIRIDAS, para llevar a cabo la CAPACIDAD DE RECONSTRUCCIÓN (nueva dimensión de la persona ante los problemas) si queremos que nuestra RESISTENCIA A LA DESTRUCCIÓN nos vaya encaminando a forjar las posibles soluciones, vehiculizando nuestra ACTITUD POSITIVA en la consecución de la puesta en marcha del camino de nuestro equilibrio óptimo.
Juan José López Nicolás
Fuente: TERAPIA Y FAMILIA