Muchas veces en terapia me encuentro explicando un cuento o metáfora para poder hacer más fácil y visual algún aspecto del que se esté hablando durante el diálogo.
Este cuento, hace un tiempo que lo escuché, lo he explicado en varias ocasiones. Creo que es muy gráfico para poder entender y sentir que por mucho que te esfuerces por gustar a todo el mundo no lo vas a conseguir. Lo único que se consigue es un desgaste personal, una sensación de no valer y de fracaso.
La única forma de salir de este círculo es intentar gustarle a una única persona: TÚ MISMO. Es imposible controlar lo que los demás piensen o sientan por ti.
Trascribo el cuento …..
Había una vez un hombre, y su hijo que viajaban en su burro con unas grandes bolsas de tela como carga. El hombre andaba al lado del animal y el hijo estaba sentado encima de éste. Pero al pasar por un pueblo oyeron que la gente comentaba.
-“Mira ese chico mal educado; él arriba del burro y el pobre padre, llevándolo de las riendas”. Entonces, el hombre le dijo a su hijo: -“¡Es verdad. No permitiré que la gente hable mal de tí!”-. El padre lo bajó y se subió él.
Al llegar al segundo pueblo, la gente murmuraba: -“Mira qué sinvergüenza ese tipo; deja que la criatura tire del burro, mientras él va muy cómodo encima”-Entonces, tomó la decisión De bajar él y caminar junto a su hijo, Y ambos tiraban de las riendas.
Al pasar por el tercer pueblo, le llegaron rumores a sus oídos: -“Fíjate que familia más tonta. Tienen un animal de carga y no lo están aprovechando”-
El hombre por tercera vez volvió a pensar “tienen razón. ¡Qué mal lo estoy haciendo”-
Cuando se acercaba al siguiente pueblo iba sonriendo pensando que había encontrado la solución. Ya que estaban él, su hijo y la carga encima del animal. Pero los comentarios que escuchó no se lo confirmaron.
“Son unas bestias, más bestias que el burro que los lleva, van a partirle la columna!”
¡¡¡Se había quedado sin opciones y seguia sin gustar!!!
Fuente: Centro de Terapia Cognitiva