Todos los nuevos pensadores de Liderazgo como Peter Senge, Joseph Jaworski u OttoScharmer, coinciden en que la mayor cualidad que se debe tener para liderar el mundo complejo de hoy, es estar Presentes. Como conté en el post La Plena Conciencia: “La habilidad de estar presente, plenamente conscientes de nuestros estados internos y del ambiente que nos rodea nos permite responder como verdaderos líderes. Esta práctica es especialmente requerida al manejar situaciones de crisis o cambio organizacional. Cuanto más practiquemos estar presentes seremos capaces de influenciar, guiar y liderar mejor.” Eckhart Tolle, autor de El Poder del Ahora dice: “La vida es ahora. Nunca hubo un tiempo donde la vida no fuera ahora, y nunca lo habrá”.
En el libro “La práctica de la atención plena”, Jon Kabat Zinn, habla de la importancia de ejercitar estar presente, deteniéndonos a simplemente observar -sin juzgar- lo que pasa a nuestro alrededor, cómo nos sentimos, las sensaciones de nuestro cuerpo. Luego de leerlo, me empecé a observar y descubrí cómo la BlackBerry me scaba constantemente del presente. En cada uno de esos momentos donde no estaba haciendo nada en particular (la cola del aeropuerto, el taxi al trabajo, el ascensor) y podría haberme detenido a observar, sacaba la BlackBerry (emails, chats, temperatura, noticias o cualquier cosa eran mejor que la observación) y con ella se iba el momento presente. Además, hace unos años, cuando estaba estudiando en USA, decidí que sería una persona más “despreocupada” por lo que dejé de usar reloj. Pero al observarme mejor, me di cuenta que no es que estaba “despreocupada”, sino que ahora miraba la hora en el teléfono, lo que agravaba el problema ya que lo miraba cada 5 minutos. Decidí empezar a detectar estos comportamientos, a reprimir el impulso a sacar la BlackBerry y simplemente observar el momento y medio que funcionó. Luego hubo un cambio dramático: estuve 2 días sin teléfono ni computadora!!! La sensación de abstinencia era exactamente como dejar de fumar y cuando tuve mi nuevo iPhone, fue un alivio increíble.
Luego estuve viajando durante un tiempo con mi iPhone, pero sin acceso a internet 24hrs, por lo que tuve la oportunidad de observar el comportamiento de la gente que me rodeaba con sus teléfonos: sacar el teléfono apenas se sientan en la mesa, conversar con los ojos como perdidos ya que en realidad están pensando en las 4 conversaciones que están teniendo por chat, asumir que todo el mundo está conectado y que si no respondés en 2 minutos es o descortés o te pasó algo.
Y entonces volví a casa y encontré mi iPad: entré de lleno en este “iMundo” donde Apple nos permite estar conectados de cualquier forma y en cualquier momento. Descubrí que luego de 30 años de nunca tener TV en la habitación para que no me invadiera (cosa que nunca entendí de chica, pero que ahora le agradezco a mis padres), estaba mirando TV en la cama, acostándome y quedándome navegando desde el teléfono y hasta mirando Facebook y las noticias en el iPad mientras miro TV.
No me entiendan mal, el Nuevo mundo de la hiperconectividad me parece MARAVILLOSO. Poder tener mayor flexibilidad en el trabajo, saber en qué andan tus amigos que no ves hace 20 años a través de Facebook e interactuar con ellos, tener un mapa que evita que ande horas dando vueltas y encima me permite evitar el tráfico, compartir una foto en momento real con el mundo o pedir un taxi y ver por GPS dónde está, me fascina y creo que es un gran avance en la humanidad.
Sin embargo, todos los excesos son malos y creo que tenemos que aprender a manejarlos (hasta conozco a alguien que va a un grupo de Autoayuda de Adictos a la BlackBerry!). En mi caso, noto que estas conductas no solo me sacan del momento presente, sino que además me enloquecen de tanta información y me dificultan mucho la concentración. Hoy en día, leer un artículo de diario entero, es todo un logro y estar en la computadora haciendo una sola cosa a la vez, imposible. Por otro lado, hace unas semanas salió un artículo en La Nación “Cuando latecnología interfiere en la pareja” que explica cómo la tecnología se ha convertido en uno de los mayores causantes de problemas en las parejas que me preocupó, pero no me sorprendió.
Así que decidí ponerme unas reglas básicas:
- Comprarme un reloj de pulsera
- Comprarme un despertador para evitar mirar el teléfono antes de irme a dormir
- Ni la computadora ni el iPad entran a la habitación
- No instalar juegos en ningún dispositivo (el Solitario Spyder puede sacarme facilmente 3 horas del día)
- Mantener el teléfono a distancia, si no contesto en 2 minutos, no pasa nada y si es urgente, me pueden llamar
¿Qué opinan? ¿Alguna sugerencia?
Cierro compartiendo una publicidad Tailandesa contra el uso abusivo del celular, titulada «Desconéctate para conectarte» que ilustra perfectamente este post y que es muy inspiradora:
Fuente: Liderazgo Auténtico