Acabo de tener una experiencia onírica que no recuerdo haber tenido antes. Esta vez la frontera entre lo real y lo soñado se diluyó y se entremezclaron los dos mundos.
Estaba yo soñando, precisamente, con mi grupo de formación. En él, además de los habituales, había otros tantos que yo sentía conocer, pero que al recordar sus caras, ahora no sé quienes son. Otros sí, por ejemplo, una de mis primas estaba en el grupo. Y también otra chica con la que mostraba y sentía mucha familiaridad, como si de siempre hubiera estado en el grupo y nos lleváramos bien, pero que no se parece a nadie que recuerde.
Yo estaba contento, incluso mi prima me decía, «oye, si yo no conozco a este Diego», porque estaba alegre y juguetón. No sé a santo de qué, que salgo fuera de la sala (a un pasillo que no es el del centro de formación, más bien parece el de una escuela, incluso los techos eran más altos que la propia sala) y me encuentro entrando un par de sillas – mi prima entra una y yo otra – para un ejercicio. Al entrar en la sala, ocurre que empiezo a ver muy mal, sólo puedo ver una imagen fija, que es como una entrada de sol que refleja sobre una cosa fija, sobre una tela o algo así. Me da la impresión de que es un mareo, me quedo quieto y calmo. Dejo la silla y empiezo a moverme, a girar despacio, pero sigo viendo esa imagen fija. Oigo que de fondo alguien dice en tono jocoso «estoy simulando…», como si estuviera haciendo el payaso. Giro y giro, y la cosa no cambia. Le digo al profesor «mejor salgo fuera y me tumbo a ver si se me pasa». Hasta ahí recuerdo, cuando empiezo a salir por la puerta.
Porque resulta que esa visión que yo tenía, era la que tenía delante en la realidad: estaba yo tumbado en el sofá de mi casa mientras soñaba, con un ojo abierto y otro cerrado, y con el abierto veía un reflejo de luz sobre una tela – un cojín – que tenía delante, que era la imagen fija que veía en el sueño.
Así que por un tiempo, mis ojos se han abierto y se han despertado, aunque esa visión se mezclaba con la propia del sueño (al soñar se mezclaba mi visión en primera persona, y un plano general de la sala, es algo común en mis sueños). Mis ojos funcionaban, y se mezcló una cosa con otra. Sin embargo mi oído seguía plenamente en el sueño, y aunque quería mover mi cuello y mi cuerpo, esa orden no llegó al cuerpo(si no, hubiera visto el mismo trozo de tela pero girado, y no, era ya el mismo siempre, como una foto fija).
Qué cosas tienen los sueños.
¿Tendrá que ver que he dormido poco porque me ha despertado el señor de MRW que me traía mi autoregalo de los libros sobre religión y espiritualidad que comenté el otro día? He empezado a leer El espejismo de Dios (The God delusion) y me he quedado traspuesto… ya ves, el sueño de la razón produce monstruos, o «La fantasía abandonada de la razón produce monstruos imposibles: unida con ella es madre de las artes y origen de las maravillas»