¿Quién es Josep Cussó?
Josep Cussó es una persona que a los 17 años descubrió que no era capaz de hablar en público sobre sus pensamientos, sentimientos e ideas con seguridad, claridad e impacto. Resulta que por aquel entonces, un profesor avanzado a su tiempo, nos pidió a los alumnos que componíamos su clase que realizáramos una exposición oral sobre un tema de libre elección. Para ello me preparé exhaustivamente durante dos meses. Cuando llegó el momento de dar la charla ante mis compañeros, me resultó del todo imposible abrir la boca porque mi mente se quedó en blanco. Inexplicablemente para mí, no surgió ninguna palabra y me sentía totalmente bloqueado. Mi cuerpo respondió con sudores en las manos, empecé a respirar agitadamente, mis piernas y brazos temblaron y, todo ello, sin que pudiera hacer nada para evitarlo.
Esta experiencia fue el detonante que me hizo darme cuenta de mi incapacidad para expresarme oralmente ante un grupo, algo que ya había venido observando repetidamente desde mi niñez, pero que hasta ese día no tomó la profundidad necesaria. Empecé a hacerme consciente, por ejemplo, de que cuando el profesor lanzaba una pregunta a la clase esperando que alguien la respondiera, yo me sentía incapaz, no ya de hablar, sino de levantar siquiera la mano para indicar que yo sabía la respuesta. Sentía algo así como si una fuerza “misteriosa” me atenazara el brazo impidiendo cualquier movimiento. Además, me imaginaba que, si por cualquier razón, mi mano se levantara, todo el mundo se me quedaría mirando y que, a partir de ese momento, me estarían juzgando, lo cual me ponía, todavía, más nervioso y me impedía hablar cómodamente. Por otro lado, durante toda mi educación formal, siempre tuve muchos problemas para estructurar la información y argumentar mis opiniones, tanto oralmente, como por escrito. Como consecuencia de ello, tenía graves dificultades para explicarme y hacerme entender. En general, a la hora de comunicarme, solía darle muchas vueltas a las cosas, en lugar de decirlas de forma llana y simple. Todo esto, en conjunto, me hacía poner todavía más nervioso por lo que mi capacidad de expresión se veía mermada, acabando por aburrir a los demás quienes se llevaban una muy pobre impresión de mí, cuando, en realidad tenía muchos talentos que superaban a la media.
Hoy en día, mantengo varios compromisos en relación al tema de hablar en público Por un lado, con la misión de difundir la idea de que aprender a hablar en público es útil, por lo fundamental que es para la supervivencia y el bienestar de la persona. Por otro, con la de ofrecer recursos, a las personas interesadas, sobre cómo aprender a hablar en público. Por último ejerzo como Coach y Facilitador en procesos de cambio relacionados con el hablar en público para líderes.
¿Puedes detallarnos esta idea?
Hablar es una actividad humana que nos sirve, con la función de «herramienta», para lograr determinados propósitos: informar, enseñar, entretener y convencer-persuadir a otros. Cuanto más capaces seamos de lograr todos estos propósitos por medio de la palabra, mejores resultados conseguiremos en nuestras vidas porque estaremos en disposición de satisfacer muchas de nuestras necesidades individuales y sociales, por lo que nuestra vida será más plena y satisfactoria.
Algunas personas creen que la capacidad de comunicar de forma excelente está reservada sólo a unos pocos. Sin embargo, y ésta es la buena noticia, cualquier persona puede ser capaz de mejorar su forma de transmitir información oralmente de manera eficaz adquiriendo, por medio de un entrenamiento específico, los conocimientos, habilidades y actitudes que aumenten la capacidad de hablar, ya sea a nivel individual o grupal (en público) para dar noticia de algo, de ser recordados, de divertir o de influir en la conducta de los demás.
¿Cómo sientes la necesidad, de poner en marcha este proyecto? ¿Es reciente o ya en tu niñez o adolescencia formaba parte del sueño que querías hacer realidad?
Decidí acompañar a personas en procesos de cambio y de aprendizaje en temas de hablar en público desde diferentes proyectos hace ahora algo más de diez años, bastantes después de mi determinante experiencia juvenil de la que hablé al principio, Sin embargo este mal trago resultó la casilla de salida de un largo proceso que podría resumirse en las siguientes etapas:
– Toma de conciencia de “mi problema” fruto de la posterior reflexión sobre lo sucedido.
– Toma de acción en forma de incesante y lenta búsqueda de soluciones para mí.
– Adquisición de un nivel de competencia satisfactorio para mí en el ámbito de la comunicación oral ante un público.
– Constatación de los beneficios para mí del aumento de mis competencias comunicativas.
– Toma de conciencia de la dimensión del problema a nivel social y de las escasas alternativas existentes.
– Deseo de contribuir a un mundo mejor (descubrimiento de mi faceta de líder) en el que cualquier persona pudiera ser capaz de expresar sus pensamientos, sentimientos e ideas con confianza, claridad e impacto.
– Creación de soluciones que hicieran posible el aprendizaje de la habilidad de hablar en público como un líder inspirador de forma fácil y permanente.
– Implementación de las soluciones.
Así pues, la necesidad de poner en marcha mis proyectos relacionados con el hablar en público es fruto, por un lado, de la superación de mis problemas en este sentido por medio del aumento de mi capacidad de expresarme oralmente con eficacia y, por otro, de la evolución en mi forma de pensar sobre el asunto, nacida de la toma de conciencia de la dimensión del problema.
Integrando esta experiencia en tu proceso de enseñanza-aprendizaje de ese momento, ¿podrías destacar aspectos que te afectaran de forma positiva y otros que lo hicieran de forma negativa?
En un primer momento, me hizo sentir preocupado ya que me llevó a pensar si a mi me faltaba algo y si había algo malo en mí por no ser capaz de expresarme en público como otras personas. Luego, más tarde, empecé a tomar conciencia de que si no fui capaz de hacerlo fue por no tener el tipo de conocimientos, habilidades y actitudes necesarios y eso me llevó a pensar que hubiera sido interesante integrar este tipo de formación en la escuela. Esta forma de ver las cosas me hizo pensar que el sistema educativo de la época estaba fallando, al menos, en este tema y, de alguna manera, le responsabilicé de mi sufrimiento; me sentía resentido con el sistema. Sin embargo, actualmente, ya lo tengo completamente superado y veo las cosas desde un enfoque más positivo.
Hoy en día, pienso que, gracias a que pasé por el mal trago, tomé rápidamente conciencia de mi limitación y de cuánto podría afectar a mi futuro; de cuán importante sería que cualquier niño pudiera aprender desde su más tierna infancia a expresarse con comodidad, claridad e impacto; de que podía decidir tomar cartas en el asunto, superarlo; de cuan feliz uno puede ser compartiendo sus descubrimiento con los demás y acompañándolos en sus procesos de cambio..
En definitiva, tras todo el proceso que siguió a mi bloqueo en clase, he aprendido que todo fue fruto de una época y que puedo canalizar positivamente hacia el futuro la energía negativa que le dedicaba al pasado cambiando el estado de las cosas mediante acciones que conduzcan a un futuro mejor.
Me comentabas sobre tu gusto por la enseñanza como tu auténtica vocación. ¿Fue tu necesidad de ayuda la que te hace ofrecer ayuda a los demás en este tema en concreto y plantear grupos de aprendizaje que den respuestas a esta problemática?
Mi vocación por la enseñanza sobre el tema de hablar en público como un líder inspirador nace de forma tardía después de un largo proceso. Al principio tan sólo pensé en solucionar “mi problema” porque creía que sólo me pasaba a mí. De hecho, desconocía por completo que hubiera otras personas a quienes les pasara lo mismo que a mí. Después, con los años, descubrí que son legión porque afecta a un gran conjunto de la población. En un estudio que se realizó en Estados Unidos, se constató que, para los norteamericanos, el hablar en público era el miedo que ocupaba el primer puesto del ranking, por delante, incluso, del miedo a la muerte. En el mundo, muchas buenas ideas se quedan en el tintero porque millones de personas brillantes no son capaces de expresarlas en público, ya sea por miedo, por falta de capacidad de explicarlas claramente o de forma memorable, logrando un impacto. Así pues, mi necesidad de hacer “algo” para beneficio de los demás, surge desde el momento en que empiezo a ver “mi problema” como “el problema de muchos”.
Una vez llegado a este punto en vista de mi experiencia, tenía claro algunas cosas:
– Las personas sufren cuando no saben o no son capaces de expresar sus pensamientos, sentimientos e ideas en público con comodidad, claridad e impacto. ¡Cuánto llegué a sufrir por el hecho de pensar que yo era “raro” o que me faltaba algo que los demás tenían!
– Había un camino fácil y rápido para aprender a hablar en público. Mirando ahora hacia atrás, me doy cuenta de que este proceso de aprendizaje que recorrí para vencer mis miedos de hablar en público y para hacerme competente como orador, me llevó mucho tiempo y que no fue nada fácil. De hecho, tuve que inventarlo porque aquí en España no existía una cultura relacionada con el aprendizaje del hablar en público, no al menos, de la misma forma que la había en los países anglosajones. Tampoco existía Internet. Cada descubrimiento me llevó años de búsqueda. Busque y probé los mejores enfoques y métodos sobre el Arte de hablar en público a nivel general con los que me fui encontrando en mi caminar. Asimismo, leí infinidad de libros sobre el tema. No creo que me equivoque si digo que debo de ser de las pocas personas que viven en España con una biblioteca tan especializada en temas de hablar en público, en general, así como de hablar en público para líderes.
– En un país democrático los ciudadanos debían saber necesariamente hablar en público. En un sistema democrático todos tenemos el derecho y el deber de participar activamente en la construcción de la comunidad en la que estamos inmersos por medio del diálogo común.
– El ser capaz de hablar en público como un líder puede cambiar el mundo. Los verdaderos líderes despliegan su influencia positiva por medio de sus palabras. Cada vez veía más claro que si quería crear un movimiento alrededor del hablar en público debía de usar mi capacidad de influencia para cambiar el estado de cosas en relación a la situación del hablar en público en España. No quiero decir que yo haya sido el único que haya dedicado esfuerzos en este sentido, pero como no tenía conocimiento de que nadie más estuviera por la labor en aquellos años, no esperé a que apareciera alguien y me puse manos a la obra. Para ello, tuve que descubrir y despertar mi vertiente de líder, esa voluntad de tomar un papel activo de encontrar un camino y lograr que alguien lo siga. Durante mi camino de descubrimiento y aprendizaje, me di cuenta de la relación que había entre el hablar en público (concretamente entre la oratoria y la retórica) y el liderazgo. En este sentido, influyeron mucho en mí los modelos de escuela de oratoria para crear líderes capaces de cambiar la sociedad de los filósofos griegos Isócrates y Sócrates a través de sus respectivas escuelas de Oratoria de Atenas.
– Por último, una vez despertada mi conciencia social, quise aprender las mejores herramientas de cambio que me permitieran acompañar a las personas en sus procesos de aprendizaje con el fin de desarrollar al máximo nivel al comunicador que todos llevamos dentro.
Una vez tuve claras mis motivaciones para dar un paso adelante: reducir el sufrimiento, acortar el camino, contribuir a la educación del ciudadano y a la creación de un mundo mejor desde un marco democrático, decidí crear instrumentos que permitieran a las personas convertirse en líderes capaces de cambiar la sociedad a través del desarrollo de su capacidad de liderazgo y, más concretamente, de su capacidad para hablar como un líder inspirador democrático. Así, por ejemplo, concebí el Programa de Entrenamiento ‘Maestros de la Palabra’, un conjunto de sesiones educativas en formato taller con periodicidad semanal que tiene como fin el hablar como un líder inspirador. Este sistema se basa en la práctica continua de la habilidad de hablar en público a través del desempeño de distintos roles comunicativos, la evaluación constructiva, el compromiso de vivir bajo valores que caracterizan a los grandes líderes, tales como la responsabilidad, la excelencia, la ayuda mutua el “coaching” individual y grupal y, por último, la mentorización. Otro instrumento educativo que he desarrollado es el Grupo de Aprendizaje Permanente, un grupo de personas que, semanalmente, se reúnen exclusivamente para aprender, desarrollar y perfeccionar, desde una metodología vivencial, determinadas competencias sobre el liderazgo de forma real, aunque en un entorno seguro. Una de sus características de este tipo de grupo es que se auto-gestiona a sí mismo por medio de una Junta Directiva, la cual tiene como fin el lograr que cada componente pueda desarrollar al máximo su potencial como líder, garantizar el buen funcionamiento del grupo, así como su crecimiento.
De tus maestros o maestras, ¿recuerdas alguno/a que destacase como buen orador?
Recuerdo especialmente a tres profesores, incluso sus nombres, de mi etapa del bachillerato: Miguel Navarro (literatura) Fernando Molinas (historia) y Miguel Belmonte (física y química). Del primero me impactaba, especialmente la forma en que contaba las cosas. Era lo más parecido, salvando las distancias, a Steve Jobs en los momentos en que este realizaba las presentaciones de Apple. Con él nunca sabías que podía pasar y captaba mi atención constantemente. Del segundo, me impresionaba su naturalidad, su autenticidad a la hora de hablar. Ante nosotros se mostraba tal cual era y eso producía en mí una sensación de conexión, de proximidad y de confianza. De los tres, sin embargo, el último era el más completo como orador. A pesar de que era de baja estatura, su presencia llenaba el aula. Sabía captar la atención y despertar el interés de todos los alumnos porque se preparaba muy bien sus clases, usaba muchas historias, analogías, metáforas y, sobre todo, porque le ponía siempre un toque de pasión a todo lo que decía. Yo notaba cómo amaba sus asignaturas y me transmitía su amor por ellas. Y por si fuera poco, era un gran motivador. Siempre nos sabía motivar a ser mejores estudiantes.
Una idea que te transmitiesen, un aprendizaje que supusiese un avance significativo en este tema para ti.
Lo que de ellos aprendí es:
– No es lo que cuentas, sino como lo cuentas.
– Ser uno mismo crea mejores vínculos con tu audiencia y te permite ser más interesante al poder mostrarte en toda tu capacidad de expresión.
– Uno debe de sentir pasión por su tema si lo que quiere es apasionar a los oyentes.
¿Fuiste feliz en tu colegio? ¿Puedes contarnos alguna anécdota que recuerdes, especialmente, en este sentido?
La verdad, no fui especialmente feliz en el colegio, al menos en la etapa de la Educación General Básica (E.G.B.) posiblemente por mi dificultad de integrarme totalmente con los demás niños a causa de mi incapacidad de expresarme cómodamente en los grupos. Sin embargo, de esa época recuerdo con gran agrado un episodio de felicidad cuando cursaba el 3er. año. El profesor premiaba cada semana a los 3 alumnos que más aplicados habían sido. Para ello, les concedía, según el mérito una medalla respectivamente: una de oro, una de plata y otra de bronce. Tal distinción te daba derecho a lucirla toda la semana siguiente, además de poder sentarte en una mesa situada de la primera fila reservada ex profeso para dichos alumnos. Pues bien, durante ese curso, a mí me premiaron varias veces con la de bronce, y alguna vez, incluso, con la de plata y la de oro. Cuando eso sucedía, me sentí muy reconocido y me animaba a seguir estudiando.
Otro momento feliz que recuerdo fue durante el bachillerato. A pesar de mi dificultad para hablar en público fui elegido hasta cuatro cursos seguidos como delegado de clase, Sin duda, dicha elección tenía más que ver con mi seriedad y mi responsabilidad que con mis dotes de líder. Pero me gustó mucho recibir el reconocimiento de mis compañeros de clase por mi forma de ser.
Josep, ahora te propongo soñar, desde el corazón, con la excelencia en la Educación con el convencimiento de que tienes mucho que aportarnos como Maestro de la Palabra.
Sé que es clave para ti que en los programas educativos se incluya el desarrollo de la habilidad de hablar en público. ¿Para qué es importante esta habilidad?
Son muchos los beneficios que los niños pueden obtener con la inclusión de un entrenamiento específico orientado a elevar la capacidad para hablar en público. Saber hablar en público debería ser reconocido por todos los educadores como una parte importante de la educación de los niños porque les infunde autoestima, les permite ser mejores comunicadores y ser más exitosos en todos los aspectos de su vida.
¿Qué tiene que cumplir la comunicación para que sea realmente auténtica? ¿Cuáles son los elementos clave?
Para mí, una comunicación auténtica la componen elementos tales como la sinceridad, sin máscaras, ánimo constructivo, decir algo de la manera más positiva posible, el respeto, hacia ti y hacia el otro, y el no suponer, ya sea por medio de la ausencia de juicio o de la indagación.
¿Puedes recomendarnos alguna técnica de oratoria que pueda ayudarnos a expresarnos de forma adecuada?
– Organiza tu presentación en tres partes: 1) diles lo que vas a decirles (apertura), 2) díselo (cuerpo) y 3) diles lo que les has dicho (conclusión).
– Utiliza anécdotas basadas en tu vida para ilustrar que “has sido cocinero antes de fraile”. Este tipo de anécdotas establece un sentido de intimidad con el público.
– Utiliza palabras y acrónimos que la mayoría de personas entiendan. No asuma que su vocabulario y el de sus oyentes es el mismo.
– Considera el poder de la analogía, incluyendo el símil y la metáfora, a la hora de ayudar a tus oyentes a “sentir” tus palabras. Usa comentarios como: “Él nada en la abundancia” o “Ella hablaba como una ametralladora”.
– Explota la capacidad evocadora de la nostalgia para ayudar a los oyentes a recordar viejas sensaciones. Sírvete de elementos de otros tiempos en forma de imágenes audiovisuales (p.e. noticiarios, escenas de películas y anuncios), grabaciones de sonidos (p.e. canciones, discursos y comunicados de radio), material impreso (p.e. periódicos, fotografías y carteles), etc.
¿Cómo influyen los sentimientos y las emociones en la comunicación?
Para los líderes, por ejemplo, es muy importante saber que no basta con saber transmitir información, sino que, además, hace falta saber comunicar dicha información desde una emoción determinada. Por un lado, la emoción ayuda a conectar, a crear vínculo con los oyentes. Por otro, genera sentimientos en el público y estos generan acción. Por lo tanto, a la hora de persuadir a una audiencia a que realice alguna acción, deberemos apelar a la vez, tanto al lado derecho del cerebro de los oyentes ,el emocional, como al izquierdo, el analítico. Confecciona tu charla de manera que incluya tanto emociones como hechos, ya que todo el mundo muestra una mezcla de ambos. Piensa en la emoción como una fuente de acción. Los hechos pueden validar las creencias pero las emociones son el motor de las creencias.
¿Cómo podemos utilizar el potencial de nuestro cuerpo para favorecer la comunicación? ¿Qué técnicas nos recomiendas?
Saber usar bien el cuerpo, postura, rostro y gestos, cuando comunicamos es importante porque hacemos más caso a lo que alguien expresa con su lenguaje no verbal que a lo que dice. Por lo tanto, es muy importante que los mensajes verbales y no verbales sean congruentes.
Por medio del lenguaje del cuerpo aumentamos la expresión del pensamiento y el sentimiento a la hora de dar sentido a las palabras que empleamos. Asimismo, aunque no hablemos ya estamos creando una impresión en nuestros oyentes. Aspectos tales, por ejemplo, como la confianza que sentimos en nosotros mismos, el nivel de comodidad mientras hablamos, nuestra experiencia y actitud se transmiten a través de nuestro cuerpo. Podemos aumentar nuestro nivel de confianza, profesionalidad y credibilidad mientras hablamos en público si:
– Mantenemos nuestro cuerpo y cabeza erguidos.
– Establecemos contacto visual con nuestros oyentes.
– Sonreímos.
– Mantenemos una postura relajada.
– Nos movemos con propósito, energía y entusiasmo.
A tu entender, ¿qué es lo más importante para captar la atención de quienes nos escuchan?
Hacer algo inusual, aunque relacionado con y relevante para el tema del cual vas a hablar. A veces, para captar la atención y centrar el mensaje puede bastar un relato, una pregunta retórica o un titular de prensa. Otras maneras de captar la atención son aumentar o disminuir la inflexión de la voz, hacer una pausa, mostrar un objeto o presentación visual, moverse por la habitación, contar una historia, escribir en una pizarra, etc.
Además del Grupo de Aprendizaje Permanente Maestros de la Palabra, tienes otro grupo de aprendizaje sobre liderazgo. ¿Qué aspectos trabajas en este grupo que son importantes en un líder?
Efectivamente, existe un Grupo de Aprendizaje Permanente al que llamo “Logra Resultados Felices” en el que se trabajan cuatro aspectos:
– La mentalidad que todo líder debe poseer, orientada a resultados en lugar de problemas, entender el fracaso como una oportunidad de aprendizaje y como semilla de un éxito futuro, levantarse después de cada caída, etc.
– La comunicación y la relación individual e interpersonal.
– El trabajo en Equipo de Alto Rendimiento.
– La creatividad, como ser capaz de abrirse a nuevas posibilidades.
Para terminar, ¿alguna lectura, algún libro que nos recomiendes para profundizar en este apasionante tema?
– El camino fácil y rápido para hablar en público eficazmente, Dale Carnegie. Editorial Elipse.
– Saber hablar, Varios Autores. Editorial Aguilar.
– Guía práctica de la oratoria, Jurg Studer. Editorial El Drac.
Josep, te agradezco tu dedicación y tus aportaciones. Lo que se inició como una agradable conversación ha concluido como un monográfico sobre el Arte de Hablar en Público, tema que hemos podido comprobar, te apasiona. Muchas gracias.
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