La ambición es el deseo intenso y vehemente de conseguir una cosa difícil de lograr, especialmente poder, riqueza o fama.
Como inicia nuestro contacto con este sentimiento que algunas personas tachan de devoradora de felicidad y otras de trampolín hacia el éxito.
¿Quien nos enseño a ser ambiciosos? ¿la sociedad, nuestros padres, o nacemos con ello?
Tal vez hemos escuchado hablar de que la ambición es mejor que la mediocridad, que la ambición te hace fuerte, y no permite que te distraigas del camino que debes seguir hacia el éxito, pues en este mundo siempre puedes tener mas, siempre puedes estar por encima, siempre hay un peldaño mas arriba al que debes llegar. Que estar en esa cima te dará una ventaja y una felicidad que solo aquellos que lo logran llegar pueden sentir la caricia del éxito que se refleja en forma de viento. La ambición siempre promete que te dará el impulso para que tengas muchos más.
Piensa en aquellos momentos donde has logrado alcanzar lo que querías, tal vez aquel ascenso en la empresa en la que trabajas, o obtener aquella ganancia económica por la que has luchado días y noches enteras, ¿Cuánto tiempo duro el goce que ese logro te produjo? y ¿cuanto tiempo paso antes de que te dieras cuenta que ya tenias que volver a poner todas tus fuerzas por un nuevo y mas difícil objetivo?
Que pasa si esa lucha constate, ese esfuerzo diario, esas desveladas, no dan los resultados que esperas, llega el acompañante mas común de la ambición, la frustración.
La rabia, desesperación, tristeza, desolación, incomprensión sientes que minimizan tu dolor y al final el camino hacia el éxito puede desviarse en un camino hacia la depresión, pues para una persona ambiciosa no existe el termino medio, todo se vuelve blanco o negro, exitoso o fracasado.
Es como una adición, es apasionante, te hace sentir bien, te da placer el pensar conseguir esa meta, pero no te da verdadera satisfacción ni la felicidad.
Para una persona ambiciosa su mayor meta podría ser sentirse satisfecho.
Pero no es fácil dejar de serlo, y mucho menos querer dejar de serlo, es como una placa que te identifica, y que sin duda sientes que ha sido el motor de tus logros. Por que ser mal agradecidos con ese sentimiento que te ha llevado al éxito en muchas ocasiones a lo largo de tu vida, que te ha dado la fuerza, la constancia para seguir luchando mientras los demás dormían. Pero eso no es así son tus fortalezas, tu inteligencia, tu perspicacia las que te han llevado al éxito.
Cuando alguien me defiende la ambición solo se me ocurren una pregunta ¿No estas cansado de llevar un ritmo que consume toda tu energía, tu salud, tu familia y que no te permite sentirte satisfecho por un largo periodo de tiempo? Ser como un pozo sin fundo siempre pidiendo mas y mas.
Que importante es el tiempo, y saber invertir en ello, en disfrutar de lo conseguido, en disfrutar de una mente en blanco una mente relajada, en un cuerpo sin estrés, en un nuevo objetivo disfrutar lo conseguido.
Recuerda:
Si no tienes lo que quieres, por lo menos quiere lo que tienes.
Fuente: COACHING MOTIVATE COACHING