¡Cuántas veces he puesto a escurrir mi corazón! Muchas veces: roto en ocasiones, abandonado por otros, y algunas hasta por mí misma, decepcionado otras tantas, enjuiciado unas cuantas más, solo, esperando reconocimiento y también aprobación, inseguro ante mis propias decisiones y mis acciones…
Y de nuevo tú «pones a escurrir tu corazón»… Brilla por su ausencia la complacencia a ti mism@, el amor a ti mism@, sin darte cuenta que eres tú quien decide complacer al otro y olvidarte de ti y ponerte en último lugar.
de primero
para ti.
Fuente: Psicoterapia Gestalt en Caracas