Sigo el año que viene la formación en la misma escuela, si todo va bien. Me planteé hacer tercero en otra escuela, por ciertas diferencias en el estilo de cómo se hacen las cosas en ésta, y algunas consecuencias de esto en particular. Añadir que curso la formación en una localidad distinta a la que vivo, y en la cual también hay (y más) opciones de formación. Sin embargo, pensé lo siguiente.
Yo quiero finalizar mi formación. Eso por un lado. He llegado hasta finalizar segundo con un grupo de compañeros y aunque algunos se van, siento que la oportunidad de terminar con ellos el camino es única. Si empezara en otro sitio, no sería mejor ni peor a priori, pero sí sería nuevo. Siempre estoy a tiempo, si el dinero y el tiempo lo permiten, de hacer tercero con gente nueva, pero no con los mismos con los que empecé.
Personalmente, tengo un interés especial en el estudio de grupos y sus mecánicas internas. Así que de natural tiendo a quedarme hasta el final de la película, aunque sea por curiosidad. Y quizá también, por inercia. Hay varias situaciones donde me he movido por inercia, donde he seguido por no terminar.
Ya el año pasado, cuando se fueron tres componentes de primero a segundo (desconozco si esta tasa es grande, pequeña o típica – pero me consta que a veces pueden no salir los grupos para el año siguiente), lo resumí en una frase que removió alguna conciencia que otra: “se van los lobos, se quedan los corderos”. Sigo teniendo la misma sensación. Evidentemente no me refería tanto a la gente en sí, sino a las circunstancias, y en concreto a señalar que es tanto consecuencia de los que lo dejan por tomar ellos la decisión, como de la escuela por su estilo de funcionamiento. Una invitación a tomar conciencia de eso, a ver qué está pasando ahí. Hubo quien se lo tomó a lo personal(esto es, como un insulto), en cuyo caso me alegro de que esa frase le impactara y removiera porque le ayudó a ver que tenía un conflicto con eso.
Este año hay otra criba. Y ocurre algo parecido. Una cosa que sí me da miedo, es que los cursos sean cada vez más complacientes, más “aquí no pasa nada”, etc. ya que si los que nos quedamos lo hacemos por finalizar la formación, y estamos pensando más en el título que en la formación en sí, pues la propia formación se resentirá para convertirse en un “como si”. Y eso, no.