No puedo más. No puedo más. Estoy desgastado. Quemé todos mis ánimos. Se ha consumido en llamas toda mi voluntad. No hay fuerza ni ganas. Estoy cansado de poner tanto empeño a todo. Demasiados esmeros sin valor. ¡Ya basta! Tengo que sobreponerme. Primero debo incendiar todos mis pensamientos. Yo puedo. Sólo debo hacer cenizas todas mis energías. Soy un hombre combustible. Qué arda todo. Siempre me hace falta prenderle fuego a todo para empezar de nuevo. Necesito volverme nada y cuando los rescoldos estén apagados levantarme en la polvareda.
José Roberto Coppola
Fuente: Terapia de piso