¿Qué será de un país en el que la justicia se ha convertido en un chiste? Los ricos roban impasibles, escudados en leyes hechas a medidas por ellos mismos, mientras los pobres van a cientos, van a miles a la calle de sus trabajos, y de sus viviendas por no poder pagar las abusivas cuotas impuestas por los nuevos señores feudales: los bancos. Y cuando de repente aparece un nuevo Robin Hood, que no roba a los ricos, pero sí defiende a los pobres, y lucha por honrar la memoria de algunos olvidados, aquellos, los primeros, lo que roban impasible haciéndose las leyes a medida del delito a cometer, le sientan en el banquillo de los acusados y se les aplicada una condena austera. En este mundo en el que los curas violan a niños, los malos son protegidos y los buenos atropellados, ¿hacia dónde va España?, ¿Cuándo acabó el caciquismo?, ¿realmente acabó?
Los libros de historia se desmoronan, llorando las partes que le fueron desmembradas, mientras nosotros, desgastados, abatidos ante tanta injuria, seguimos dando pasos ciegos, maltrechos, sobre la nada en la que se ha convertido España.
¿Hasta cuando la paz va a ser tan violenta?