LA ENFERMEDAD, UN CAMINO

Bach, al igual que Paracelso o Hahnemann, afirmó que si los aspectos mental y espiritual se encuentran en armonía, la enfermedad no puede existir y que se puede juzgar la salud a partir de la felicidad.

El Dr. Bach defendió que la enfermedad no se genera en un plano físico, sino que viene de más arriba y que surge si existe conflicto entre el ego y la conciencia. La finalidad de la enfermedad es hacer tomar conciencia de los errores para no llevar demasiado lejos las actitudes equivocadas de modo que habría que entender a la enfermedad, ni más ni menos que como a «un toque de atención».

Las enfermedades del cuerpo son síntomas. Tal como decía Bach «nuestros temores, nuestras aprehensiones, nuestras ansiedades y demás son los que abren la puerta a la invasión de la enfermedad».

La curación o la prevención de la enfermedad consistiría en la disolución de estos conflictos entre el ego y la conciencia que dan lugar a los errores fundamentales o defectos. Bach rompió barreras al establecer una conexión entre la enfermedad física y los sentimientos, llegando a establecer una relación entre las enfermedades y los errores fundamentales o defectos.

Estos errores fundamentales son: – La ignorancia – El egoísmo – La inestabilidad – El odio – La crueldad – El orgullo – La codicia. Bach decía: «Existen siete hermosos estados en la curación de una enfermedad: PAZ, ESPERANZA, ALEGRIA, FE, CERTIDUMBRE, SABIDURIA y AMOR.

La enfermedad es un conflicto entre el ego y la conciencia que produce desórdenes de los sistemas y tejidos orgánicos. Ese conflicto surge porque al dejar de interrelacionarse con uno mismo y con aquello que nos rodea, se va perdiendo la conciencia.

Esta disminución de la conciencia ayuda a la desinformación, o lo que es lo mismo, ayuda a aceptar información adulterada que por comodidad se acepta como información correcta.

Esta desinformación es el camino hacia la vida antihigiénica, es decir, hacia la pérdida de energía vital o, lo que es lo mismo, hacia la enervación que sólo sirve para aumentar la toxicidad.Generar la enfermedad aguda que luego se convierte en crónica y que pasa a estado degenerativo, terminando con la muerte del desinformado.

Nuestro cuerpo reacciona delante de las toxinas generando procesos inflamatorios que son la consecuencia física de la lucha entre la conciencia y el ego. Si existe energía vital se gana la batalla, sino, si la energía vital ha sido devorada por el monstruo de la desinformación, lamentablemente la toxina vencerá y la curación no se podrá llevar a cabo.

La curación sólo es posible retrocediendo voluntariamente por el camino que condujo a la enfermedad, generalmente es un proceso incómodo y duro de llevar a cabo. Sólo cuando se comprende dónde se está cometiendo el error y realizando el esfuerzo de corregirlo, se desencadenará el proceso de curación; desde el interior al exterior y en orden inverso a los síntomas aparecidos. Como dijo Hering, materializándose mediante crisis curativas que son, ni más ni menos que, fases reactivas.

La terapia floral de Bach permite suavizar estas crisis, asi se empieza por curar el Alma.

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