Desde la corrección y las buenas intenciones, me atrevería a decir que el 90% de la gente hemos recibido en ese aspecto una educación que personalmente calificaría de incorrecta, ¿Cómo va a saber alguien lo que quieres si no se lo dices?
Este problema que a primera vista igual parece insignificante, es algo que, por ejemplo, a nivel de pareja causa unas discusiones enormes… el típico, «nunca me dices que me quieres» o el «nunca me regalas nada», y un largo etcétera, por lo general suelen tener este mismo origen. ¿Acaso le has dicho a tu pareja que necesitas que te diga más frecuentemente que te quiere? ¿O que te gustaría que tuviese más detalles contigo? Seguramente no…
La pareja es tan solo uno de los ámbitos donde esto sucede, aunque es perfectamente extensible a las amistades, el trabajo, la familia, etc.
Cada persona es un mundo, y porque nosotros seamos más detallistas, más románticos, o tengamos una mayor disposición a hacer favores, no implica que las personas de nuestro alrededor se comporten de la misma forma que nosotros. Esperamos de otras personas lo mismo que nosotros les damos a ellas y muchas veces con eso nos quedamos…con un perpetuo estado de espera y el enfado correspondiente.
Ahora te invito a que lo mires al revés, ¿cuantas peticiones recibes a lo largo del día? desde pásame el pan, hasta dame un abrazo, o tráeme «x»… y no se acaba el mundo ¿verdad?.
No hay nada de malo en pedir, como mucho te pueden negar lo que solicites, pero lo que no pueden negar es que ya saben lo que quieres o necesitas, con lo que la pelota está en su tejado.
Desde aquí te animo a pedir lo que quieras o necesites, si no estás acostumbrad@ a hacerlo, comienza al principio por algo relativamente insignificante, como puede ser la jarra de agua en la comida, y luego ponte un objetivo de pedir 5 cosas al día por ejemplo, verás cómo poco a poco te sientes con la fuerza necesaria para pedir cosas más importantes.