Pero… ¿es esto tan importante? Considero que para aquel que quiera dedicarse seriamente a esto del coaching, a medio plazo es fundamental, sobre todo para el ámbito de la marca personal, la reputación, y para garantizar ante terceros tu calidad.
Hoy como bien sabes estamos viviendo unos momentos, pese a la crisis, de auge del coaching, tanto personal como de empresa. Al calor de este éxito y fama, el coaching se ve amenazado en su nacimiento como nueva y diferenciada profesión, por otras ya establecidas, que aprovechan el tirón para vender más de una manera muy sencilla: cambiando su etiqueta actual, por la de coaching; así está pasando en la consultoría, terapia, formación, mentoring, etc, muchos casos. Ni que decir tiene, que en la mayoría de ellos, los profesionales no son coaches, lo ignoran casi todo de la metodología del coaching, y muchas veces , aunque la conozcan, lo que acaban aplicando es lo que han usado siempre.
El coaching, en esencia, funciona espectacularmente. Lo que ocurre es que el mercado, al final no sabe qué es coaching, y que no es coaching. Por eso, a medio plazo, y sobre todo en el ámbito empresarial, va a ser necesaria una garantía de que uno es coach, pero de los de verdad. Y aquí entran en acción las asociaciones. Tanto ASESCO (Asociación Española de Coaching), ICF España (International Coaching Federation España) y AECOP (Asociación Española de Coaching y Consultoría de Procesos) tienen procesos de certificación que cumplen con unos mínimos importantes para tener la garantía de que el coach lo es. Por otra parte, a nivel mundial, el proceso de certificación de ICF es el más reconocido. De todas maneras, si entras en http://www.vivirdelcoaching.com/index.php/recursos/certificaciones podrás tener los links y la información sobre estos procesos.
Certificarse tiene varias ventajas:
– Tienes constancia por un organismo externo, imparcial, que te audita, de que haces un buen coaching
– Tienes (o tendrás) mejor entrada para conseguir clientes que estén buscando auténtico coaching, sobre todo en el ámbito de empresa o gran empresa
– Generas marca personal, reputación y más credibilidad
– Lo puedes repercutir en los precios que cobras
– Otras que se me olvidan en este momento
Yo soy coach profesional certificado por ASESCO, y en proceso de certificación para PCC de la ICF (necesario haber realizado más de 750 h. de coaching remunerado). Me queda AECOP, pero en breve espero dejarlo solventado.
En cuanto a precios, ASESCO es más asequible, e ICF y luego AECOP, menos.
Por otra parte, aunque no te certifiques, te recomiendo encarecidamente en que te hagas miembro de las asociaciones de coaching, y si puede ser, de las 3.
Tengo una partida asignada anualmente al asociacionismo, que para mi es fundamental. Porque hay que estar donde están los de tu profesión, muchos de ellos, muy buenos. Hay que saber por donde van los tiros, generar sinergias, ser visible, y decir a los compañeros: existo, y esto es lo que hago; participar de sus actividades, proponerse como ponente, asistir a eventos, aprender metodología, etc, etc.
Para mi, es ineludible estar donde están los de mi profesión, trabajando para consolidarla, y participar además de ello, apoyando y colaborando en la medida de lo posible.
El miércoles doy una conferencia para ICF en Madrid, relacionada con las claves para el negocio del coaching, y pertenezco a la Junta Directiva de ASESCO, donde me encargo de las relaciones entre asociaciones. Y para mi, este es mi granito de arena en la construcción de una profesión tan increible y maravillosa como es el coaching, a la que hay que proteger y mimar ahora, cuando aún está creciendo.
Te aliento a que te asocies, y te certifiques, porque es un paso fundamental para un coach profesional que se precie.
Fuente: Somos profesionales del coaching