Las 3 claves principales para decir adiós a una relación.

Ha sido un verano disfrutado y muy intenso en mi caso. Y ya estoy de vuelta, a retomar mi contacto con vosotros. Esta vez quiero empezar este nuevo curso compartiendo mi vivencia personal acerca de dejar atrás una relación amorosa.

Estas son claves que yo he practicado en mi vida en muchos momentos. La naturaleza de la relación influye más en el proceso interno. Mientras que estas 3 claves que voy a comentaros te servirán igual sea cual sea la naturaleza de la misma: pareja, amigos, compañeros…

El objetivo, es saber despedirse de alguien con quien se ha vivido una etapa, un trozo del camino y, al mismo tiempo, mantener la paz y una actitud positiva para continuar tu vida.

¿Para qué compartir mi vivencia? Como me decía alguien, demostrar que soy tan humana como vosotros. Es obvio que soy humana, aunque a veces, algunas personas piensan que yo se resolver siempre y a la primera las situaciones que me llegan. Y yo, como vosotros, aprendo en mi camino. A esto suelo contestar: «quizá vaya delante de algunas personas por mis aprendizajes, también es seguro que voy detrás de otros que ya aprendieron más que yo.»

En mi caminar he entendido que las personas con las que he compartido la vida me permitieron, principalmente, aprender de ellas. Unas permanecen más tiempo, incluso casi toda mi existencia; otras cruzaron determinados momentos y simplemente desaparecieron. A veces, algunas, reaparecieron nuevamente y la relación cambió. Otras, cambió la relación, aunque la persona continúa formando parte de mi espacio y mi tiempo.

En este caso concreto, he querido que la persona forme parte de mi vida. Hemos cambiado la forma de relacionarnos, ha cambiado el contexto, aunque la persona sigue siendo la misma. De esta forma me permito seguir creciendo y aprendiendo.

Tanto si es esta tu situación, como si deseas cerrar completamente y continuar tu camino estas 3 claves pueden ayudarte a hacerlo con mayor paz en tu corazón y con energía para continuar:

1. Toma verdaderamente la actitud de decir «adiós»: suelta al otro

Para cerrar una relación se hace necesario tomar la conciencia que «esa relación» se terminó. El ciclo propio de la vida y la existencia es la necesidad de la muerte para permitir nuevos nacimientos. Eso sucede con nuestra propia vida física, también se produce en los acontecimientos de cada día: cuando cambias de casa, de trabajo, de colegio. También, entonces, cuando desaparece una persona en tu vida. De otra forma, ¿cómo habrías conocido a esa persona con la que ahora compartes si anteriormente las otras personas no hubiesen dejado el espacio?

Ahora bien, además de estar consciente de ello se hace necesario tomar acciones acorde a esto. Encuentra qué hacer en ese momento de cambio, ¿qué quieres hacer para salir de esa vivencia y generar otra? Busca en tu archivo personal a lo largo de tu vida qué o quiénes te pueden apoyar en el proceso.

En mi caso, una de las fórmulas que yo utilizo es escribir una carta de despedida. Encuentra tu propio método, el que más te funcione.

Una vez que has soltado te liberas de las ataduras del pasado y te enfocas en crear una nueva vida.

2. Da gracias por lo vivido.

Pon tu atención en agradecer esa vivencia en lugar de centrarte en los reproches. Busca en tu interior qué has recibido de esa relación, de forma sincera y sin juicios. Como mínimo te ha permitido estar donde estás ahora y afrontar un comienzo distinto.

Una de las mejores formas que conozco de reconciliarte con la vida es dar gracias cada día por lo que recibimos.

Puedes hacer, por ejemplo, una lista de cada cosa que sí recibiste y por cada una de ellas, respirar, asentir y dar gracias.

3. Extrae el aprendizaje de la experiencia.

Independientemente del tipo de experiencia, del tipo de relación, existe un aprendizaje. Este puede parecer más o menos oculto. Depende de tu nivel de toma de conciencia sobre tus vivencias tendrás mayor facilidad para observarlo.

Es un examen, asegúrate de reconocer qué has aprendido y qué te queda aún por aprender. De esta forma te ayudarás para los siguientes pasos. Si por miedo, dolor o simplemente terquedad, evitas aprender es muy probable que una vivencia similar se repita.

En este punto son tres acciones: observa, aprende y, si se hace necesario, cambia.

Estos son los pasos que yo misma he realizado estas dos últimas semanas. Una vez más en mi vida. Hoy, por eso, te hablo desde el nuevo aprendizaje adquirido.

Te animo a ponerlo en práctica y que compartas aquí tus resultados.

0e3c825fbc986eb7df5bf197ac4aa1f0

_____________________________________________________________________

Susana García Gutiérrez – Coach Profesional

1ª Coach de Familias Monoparentales

http://www.coachingatualcance.com/

Scroll al inicio